Alrededor del 9% de los reclusos en prisiones españolas han consumido drogas en algún momento durante su estancia en prisión y el 21% está siendo tratado en la actualidad de su adicción a alguna sustancia. Así lo refleja la Encuesta estatal sobre salud y consumo de drogas entre la población reclusa, realizada por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas y presentada con motivo del Día internacional contra el uso y tráfico ilícito de drogas, que se celebra bajo el lema Las drogas no son un juego de niños .

Durante la presentación del documento, la ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, destacó que las prisiones "están contribuyendo a que muchos consumidores de drogas inicien el tratamiento o mantengan el que habían comenzado", ya que el 30% de los internos ha estado en tratamiento de drogodependencias dentro de prisión.

CONDENA La directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, destacó que las cifras de consumo han mejorado respecto a la anterior encuesta, del año 2000, pero el objetivo es "erradicar" el consumo porque "es lo que lleva al delito".

"La droga es responsable de la mayoría de los delitos que llevan a prisión en España", dijo.

La responsable de prisiones destacó que "es posible rehabilitarse" en la cárcel y dijo que el paso por prisión debe ser "una oportunidad para que las personas dependientes de la droga puedan liberarse de esa condena".

Para ello, apostó por estrategias represivas y, sobre todo, de tratamiento, como los módulos libre de droga, que existen en la actualidad en la mitad de las prisiones españolas y que suponen dejar la droga sin ningún tratamiento sustitutivo.

Gallizo reconoció que se impresionó "bastante" cuando asumió el cargo "por la naturalidad con la que se asumía que en prisión se consume droga". La encuesta revela que la mayoría de los reclusos consumían drogas antes de su ingreso en prisión: un 42% había consumido heroína alguna vez en su vida, y un 58,9%, cocaína.

La ministra destacó que en comparación con los datos de la encuesta del año 2000, se aprecia una disminución de los consumidores de heroína que ingresan en prisión, que han pasado del 31,4% a un 19,3%, así como los de éxtasis (6,8% frente al 4,8% actual) y de alucinógenos (4,4 % frente al 2,4%). En cambio, ha aumentado la proporción de consumidores de alcohol, que alcanza un 61,7%, frente al 43,1% en el año 2000.

Sin embargo, los drogodependientes consumen menos en prisión y cambian su patrón de consumo. El consumo de alcohol se sitúa en el 3,6%, el de tranquilizantes en el 9,1%, el de cannabis en el 27,6%, el de heroína en el 4,8% y el de cocaína en el 4,3%. El consumo de éxtasis y alucinógenos está por debajo del 0,3%.

La encuesta revela además que el inicio de consumo en prisión es poco frecuente y se sitúa alrededor del 3% También se aprecia una estabilización a la baja del consumo de heroína y un cambio de hábitos de los heroinómanos. Según Salgado, estos cambios pueden estar relacionados con la incorporación de los tratamientos con metadona. Se estima que el 68% de los reclusos en tratamiento reciben metadona.

ELEVADO TABAQUISMO Este estudio refleja además que el 15 por ciento de los reclusos manifiesta estar infectado por VIH/sida, porcentaje que se eleva hasta el 40 por ciento entre los inyectores de drogas. Se calcula que una cuarta parte se había inyectado drogas alguna vez en su vida y un porcentaje El tamaño de la muestra ha incluido a casi cinco mil internos de 66 centros penitenciarios.