El cuerpo de las mujeres adolescentes -de nuevo las chicas- vuelve a ser la diana de una peligrosa tendencia que no solo promociona una delgadez corporal que puede tildarse de enfermiza -el ideal es un índice de masa corporal de 14 para mujeres de 18 años: cuatro puntos menos que el mínimo aconsejable-, sino que fija como objetivo un hito inalcanzable si no se dispone de una fisiología específica, capaz de separar, con extenuantes ejercicios físicos, la musculatura abdominal. Lo llaman 'ab crack' precisamente por eso, porque hace un 'crack' con el abdomen. Lo parte, internamente.

Se trata de una derivación de la anorexia, consideran los especialistas, surgida hace pocos meses, con nombre anglosajón y un disfraz estético que multiplica el riesgo para la salud de quienes la persiguen. "Lo más probable es que dentro de muy poco veamos también a chicos obsesionados por marcar la hendidura abdominal", auguraJoaquím Puntí, psicólogo clínico del Hospital del Parc Taulí, de Sabadell, experto en la atención de trastornos y tendencias autolesivas en jóvenes y adolescentes.

El fenómeno emerge a gran velocidad desde las redes sociales y las webs preferidas por adolescentes y mujeres jóvenes, en especial, las que atraviesan momentos de frustración, indican los expertos.

Convertir la musculatura abdominal en dos porciones separadas por una hendidura continua, que surge del centro del pecho y acaba en el ombligo, es el punto que sus promotores -entre ellos las modelos Emily Ratajkowski, Kendall Jenner y Stella Maxwell- se proponen confundir con la gloria del triunfo. El éxito solo será 'real' si las seguidoras vuelcan sus fotos en el portal indicado de la red. Siempre la misma imagen: un tórax subdividido en dos partes iguales sobre un vientre hundido del que sobresalen los huesos de las caderas.

NO EN TODOS LOS CUERPOS

La hendidura perseguida, el 'ab crack', surge de forma natural, por herencia genética, en determinados cuerpos, a medida que pierden grasa y también musculatura en un proceso necesariamente acompañado de intensísimos ejercicios abdominales hipopresivos (contener la respiración en posición tensa, mientras se contrae la zona escogida). Pero ni siquiera esa severa disciplina física puede ser suficiente para lograr la partición marcada. No todos los cuerpos pueden dar forma a una hendidura longitudinal, si no disponen de una constitución hereditaria que mínimamente lo permita, así lo advierten los preparadores físicos consultados.

El tendón en que se sostiene dicha hendidura surge cuando la musculatura se tensa en exceso y se produce la rotura del tejido conectivo que da forma al abdomen. El músculo abdominal se fisura y las partes se separan bajo la piel. En el fondo de la hendidura, reposa el tendón. Si se insiste en agrandar dicha separación -una rotura muscular interna en toda regla- se puede producir una hernia, una protuberancia hacia el exterior, con sus eventuales complicaciones dolorosas. En ocasiones, el destrozo exige cirugía.

LA INSATISFACCIÓN, EL REQUISITO

"De nuevo, estamos ante un fenómeno que utiliza a adolescentes insatisfechas con sus cuerpos para promocionar una industria que mueve muchísimo dinero, que busca ampliar o mantener su mercado", afirma Puntí. "El 'ab crack' es una variación de la anorexia clásica y plantea los mismos objetivos: cuerpos escuálidos, mujeres sin caderas, figuras antinaturales que exigen el consumo de todo tipo de suplementos adelgazantes y alimentos dietéticos", añade. Perseguir la hendidura torácica, advierte Puntí, puede también provocar el fenómeno inverso: conducir a un trastorno alimentario grave en quien no lo sufría.

Los promotores del 'ab crack' juegan con su dominio de la red y con la vulnerabilidad de los destinatarios de su mensaje. "No hay más que hacer un clic e imitar algo tan innovador y exclusivo como partir tu cuerpo con un sendero que enlaza el pecho y el ombligo: ya tenemos una meta, donde hasta hace cinco minutos no había nada", comenta un diseñador de entornos web que prefiere no ser citado. Detener el fenómeno, aún desconocido más allá de los ambientes de los que se nutre, resulta, de momento, difícil, advierten, ya que apenas existe conciencia de su peligrosidad.