Bambalinas decolgadas, telón bajado, fin del espectáculo. La XIV edición del Festival de Teatro Clásico de Cáceres, prólogo y pórtico del de Mérida, calificativo supremo de lo que aquí se puede hacer con los grandes autores en escenarios abiertos, inigualables, apuró anoche el áureo festín de representaciones que han durado nueve días. La conclusión vino de la mano de Julia León con ese folclore sefardí, moderno y juguetón como lo ha calificado Manuel de la Fuente en ABC. Bastaba con cerrar los ojos y transportarse a los zocos, sinagogas y rabinos para entender el mensaje de esta diva, de voz cálida, limpia, armónica y vibrante.

El sueño del siglo de oro comenzó con una creación colectiva dirigida por Miguel Fresneda e interpretada por alumnos del IES Hernández Pacheco, presentando una disputa entre clásicos. El programa que vino después fue completo, en directa duda con lo inmejorable. El Paseo entre clásicos fue todo un entremés cervantino, telonero, que oxigenó aún más un certamen que prácticamente no necesitó de pausas, porque el público engulló las representaciones con avidez, muy interesado. La comedia de las ilusiones , Cyrano Odon Quijote , Tres peregrinas , Las desventuras de la princesa Coralina , El sueño de una noche de verano , Casa don dos puertas mala es de guardar y Abre el ojo deleitaron. Es el mejor teatro.