Un grupo de 53 subsaharianos permanecen desde el día 25 en tierra de nadie tras ser expulsados por las autoridades marroquíes, sin comida ni agua, en Kandahar, una franja de cinco kilómetros de ancho en la frontera entre el Sahara Occidental (Marruecos) y Mauritania, según denunció ayer Médicos del Mundo. Un equipo de la organización se desplazó a la zona para facilitarles alimento.

Los inmigrantes explicaron al coordinador de Médicos del Mundo de la localidad mauritana de Nuadibu, Rashid Sherif, que el grupo había partido de ese mismo lugar en cayuco el pasado sábado 19 con destino al archipiélago canario. "El capitán perdió el rumbo y estuvieron dando vueltas en alta mar hasta acabar en la costa sur del Sáhara Occidental", manifestó Sherif. Allí fueron apresados por la gendarmería marroquí que los retuvo durante tres días. "Luego los trasladaron en camiones hasta la frontera, donde fueron expulsados sin comida ni agua", dijo el coordinador.

Ese mismo día, un ciudadano de Mali murió deshidratado y Médicos del Mundo, que llegó a Kandahar esa noche, atendió a otros dos en un estado avanzado de deshidratación. El grupo está formado por inmigrantes de Senegal, Gambia, Costa de Marfil, Guinea Conakry y Mali. La organización recordó que no es la primera vez que expulsan subsaharianos a esa zona.

La cifra de internos de los centros de extranjeros de las islas se redujo ayer en 72 personas respecto al viernes. Se pasó de 5.070 inmigrantes a 4.998, después de un fin de semana en que solo alcanzaron las islas 38, frente a los más de 1.000 que habían llegado el fin de semana anterior.