La tramitación de la nueva ley del aborto ha vuelto a evidenciar lo dispares que son las limitaciones de edad para poder hacer una u otra actividad en España. De acuerdo con el proyecto que defiende el Gobierno, las adolescentes de 16 años podrán interrumpir su embarazo sin ni siquiera comunicárselo a sus padres. Actualmente, pueden tatuarse o ponerse un piercing a esa edad sin ninguna autorización. En cambio, no pueden comprar tabaco ni alcohol, ni votar, ni conducir un coche hasta los 18, pero sí accederán a la píldora del día siguiente tengan los años que tengan... Son ejemplos de un embrollo restrictivo que guarda, según varios expertos, numerosas "incongruencias".

Javier Elzo, catedrático emérito de Deusto y autor de varios análisis sobre el mundo adolescente, defiende que la limitación de edad sea distinta "en función del tema que se aborde". Lo que critica es que se den "aberraciones como permitir abortar a los 16 años sin la participación de los padres"; errores que para este sociólogo ya lo son por sí solos, pero que aún se agrandan más cuando se comparan, por ejemplo, "con que a los 17 años no puedan pedir una cerveza en un bar" o asistir a conciertos y demás espectáculos en los que se vende alcohol.

NO SE AJUSTA A LA REALIDAD "Está constatadísimo que el 80% de los menores de 18 años han probado la bebida como mínimo una vez, lo que demuestra que la normativa es inútil --argumenta Elzo--. Para lo único que sirve es para enseñarles a los chavales que la ley es algo que se puede incumplir fácilmente, que no se ajusta a la realidad".

Para evitar que lo que define como "moral hipócrita" siga creciendo, este experto aboga por rebajar ese límite a los 16 años, acompañando la medida de una mayor educación e información a los menores, una opinión que comparte Carlos Villagrasa, profesor del departamento de Derecho Civil de la Universidad de Barcelona. Villagrasa, quien recuerda entre muchas otras situaciones que los españoles se pueden casar a los 14 años presentando una dispensa judicial para la que no hace falta ninguna autorización paterna, es partidario de la progresión gradual en la concesión de derechos a niños y adolescentes, pero no por eso deja de criticar algunas "contradicciones" que refleja la legislación española. "Resulta muy poco comprensible que con 14 años se pueda conducir un ciclomotor o un microcoche y que para llevar un turismo debas esperar hasta la mayoría de edad", reflexiona. En el caso del tabaco pasa lo mismo, afirma este docente, puesto que "un chico que puede hacer un testamento a los 14 años solo con ir al notario y sin decírselo a sus padres, en cambio, no puede comprar tabaco hasta los 18".

Comenta Villagrasa que la gradación de los límites según cada edad se establece en función de "la capacidad de obrar del menor", y que para elaborar este tipo de normas "los legisladores se inspiran en gran medida en la convención sobre los derechos de la infancia aprobada hace 20 años por la ONU".

"Es muy conveniente apoyarse en un documento de ese tipo y mantener la diversidad de límites --insiste este especialista en Derecho Civil--. Lo mejor sería analizar caso por caso, porque cada niño es un mundo, pero entendiendo que eso no se puede hacer, lo que tampoco es correcto es caer en el exceso de proteccionismo y de paternalismo". O dicho de otra manera: Villagrasa es partidario no solo de que se pueda comprar alcohol o tabaco a los 16 años. También se muestra favorable de situar la mayoría de edad en esa franja.

"Incluso el derecho de voto tendría que concederse antes. No tiene sentido que los adolescentes no puedan decidir quién tiene que aprobar leyes que, como la del aborto, les afectan directamente; como tampoco lo tiene que no tengan representantes políticos que se adecuen más a ellos y que, en cambio, su palabra sí que se tenga en cuenta en un juicio, ya que desde los 12 años pueden comparecer en calidad de testigos", explica el experto.

Siguiendo con la retahíla de acotaciones que afectan a los adolescentes, estos pueden abrir una cuenta bancaria e incluso, a los 16 años, tener una tarjeta de débito, pero siempre presentando la firma de su padre o madre. Para sacar dinero de la ventanilla, sin embargo, deben tener la mayoría de edad.

LAS NIÑAS MADURAN ANTES En referencia a un tema clave en todo este debate, el de la madurez, el psiquiatra infantil Josep Cornellà apunta que "está comprobado científicamente que la maduración cerebral de las niñas es más rápida que en los niños, pero eso no quiere decir que la personalidad se forme antes".