Murieron abrazados. Hacia las once de la noche del miércoles, el conductor de un tren talgo de la ruta Madrid-Cartagena advirtió, a su paso por Alcantarilla (Murcia), que una pareja permanecía de pie y abrazada en mitad de la vía y al poco se desesperó al observar cómo ignoraban los sonoros pitidos de la locomotora. Echó el freno y trató detener el convoy, pero fracasó. El vecindario, alertado por el estruendo, no tardó en reconocer los cuerpos mutilados de una pareja de treintañeros y adivinar que la desesperanza les había retenido en las vías.

ESTREPITO

Fernando Carrillo, vecino de la calle Santiago, próxima al lugar del suceso, explicó que al escuchar "un gran frenazo" del tren, salió corriendo hacia la vía. "Cuando llegamos, el maquinista estaba llamando con su teléfono y mirando debajo del convoy", declaró al diario La Verdad.

Quienes los conocían aseguraron que eran novios y atravesaban por problemas económicos. No tenían trabajo estable y en ocasiones les habían visto mendigar en la calle. El Ayuntamiento de Alcantarilla confirmó que habían recibido ayuda de los servicios sociales. El tenía 35 años y había nació en Palma de Mallorca. Su compañera, 33 y era originaria de Murcia. Tenían problemas con las drogas. "Nada se pudo hacer para evitar el atropello", dijo un portavoz de Renfe.