Hace casi medio siglo que Pablo Picasso trató de volver a su Málaga natal a través de las obras que emanaban de su genio. De allí salió con 13 años y nunca más volvió forzado por el exilio. Ahora se ha cumplido un sueño, el de un artista que a pesar de vivir la mayor parte de su vida en Francia mantuvo el pasaporte español que nunca pudo volver a utilizar. "Franco estaba allí y esto era incompatible", explicó ayer la nuera del pintor, Christine Ruiz-Picasso.

El nieto del artista malagueño, Bernard Ruiz-Picasso, afirmó que estaba presentando el "sueño" de su abuelo ante más de un centenar de periodistas de todo el mundo, el proyecto que Picasso quiso haber recreado en la década de los 50 y que ahora se ha materializado en el Museo Picasso de Málaga, con más de 8.300 metros cuadrados de exposición en el restaurado Palacio de Buenavista.

COLECCION DE 155 PIEZAS

Este espacioso recinto, declarado Monumento Nacional, albergará una colección permanente de 155 piezas donadas por la nuera del genial artista, Christine, y su hijo Bernard, que se expondrán junto con otras 49 obras depositadas como un préstamo de 10 años prorrogables. Además, Bernard Ruiz- Picasso ha cedido durante un año 40 obras más que se exhibirán junto a la colección. Todas ellas recorren las distintas etapas del autor, desde sus inicios hasta el final de sus días.

"Es uno de los momentos más importantes de la pintura", decía ayer Bernard en un claro esfuerzo por hablar la lengua de su abuelo, el mismo día en que Málaga conmemoraba el 122 aniversario del nacimiento del pintor.