La Agencia Europea del Espacio (ESA, en sus siglas en inglés) abrió ayer su segunda puerta al espacio profundo, más allá de un millón de kilómetros, con la inauguración de una antena gigante en Cebreros (Avila), similar a la de New Norcia (Australia), que entró en funcionamiento en noviembre del 2002. Debutará en el seguimiento de la sonda interplanetaria Venus Express , en su viaje al planeta más próximo a la Tierra, que comenzará a final de octubre.

Con sus 620 toneladas de peso, 40 metros de altura y 35 metros de diámetro, la antena de Cebreros permitirá recibir y enviar información a satélites o sondas espaciales de órbita elíptica, los únicos capaces de explorar otros planetas y de propulsarse hacia los confines del espacio.

La nueva antena incorpora los últimos avances, lo que se traduce en una mayor capacidad de adquisición de datos y precisión en el apuntado, con un error máximo de seis miligrados, según el director de programas científicos de la ESA, David Southwood.

"Las antenas ven y oyen. Son nuestros ojos en el cielo, nuestra forma de mirar y de auscultar el universo. Cebreros será muy importante en nuestro programa", dijo.