Con una sonrisa, cercano y hospitalario, Leonardo Hernández (Badajoz, 1987) recibe a El Periódico Extremadura en su finca cacereña de Navalmoral de la Mata. «Estoy tremendamente feliz», confiesa. No es para menos, porque «más que un sueño, abrir diez puertas grandes en Madrid es un auténtico privilegio». Así de satisfecho se muestra el jinete extremeño al recordar su salida a hombros tras haber cruzado el umbral de la gloria que conduce a la madrileña calle de Alcalá. Pero el rejoneador no se detiene, sabe que aún le quedan muchas plazas por conquistar: el pasado sábado, sin ir más lejos, cortó cuatro orejas en Pamplona y firmó así su regreso para los Sanfermines de 2020.

-¿Imaginó alcanzar algo así?

-Jamás me imaginé esto. Son diez triunfos importantísimos en mi carrera. Cuando comenzaba a torear, a soñar con ser rejoneador, ni siquiera pensé en poder abrir esa puerta grande una vez. Siempre he luchado por estar arriba, ser figura; una cosa es eso y otra es conseguir todo lo conseguido. Y ahora ya son diez. Cada una de ellas tiene su historia y, muchísimo trabajo detrás.

-¿Qué ha programado para el resto de la temporada?

-Están saliendo muchos compromisos que me ilusionan. Voy a torear corridas importantes y a hacer cosas muy especiales, como Íscar (Valladolid), Huesca, Herrera del Duque (Badajoz), entre otras. Creo que es una temporada en la que estoy disfrutando mucho.

-Este año se ha podido ver las caras con Hermoso de Mendoza o Diego Ventura muy pocas veces. ¿Qué se debe dar para que se repita más a menudo este cartel?

-Desgraciadamente no he toreado mucho con ellos. Me da pena por el aficionado al que le gustaría vernos juntos. Siempre quiero la competencia; busco a los mejores. Tanto Ventura como Hermoso de Mendoza son dos rivales que me motivan mucho; también Andy Cartagena, entre otros; son toreros de máximo nivel.

-¿Echa de menos algo en su cuadra, qué considera que le falta?

-Ahora mismo tengo una cuadra muy completa: eso me permite ensayar nuevas suertes y plantearme nuevos retos. Dispongo de 15 caballos y todos están dando un nivel muy alto esta temporada, pero hay uno que es verdad que me tiene loco y está rindiendo a un nivel impresionante. Se llama ‘Enamorado’ y creo que es la estrella. Todo mi toreo depende de ellos: cada uno tiene su personalidad, es el adecuado para un tipo de toro y para realizar una suerte.

-¿Y alguna vez toreará un toro en puntas?

-No me importaría hacerlo. Hemos acostumbrado al público a un toreo de cercanías que exige mucho riesgo ante un toro en puntas, y, al menor error, puedes perder un caballo, que es parte de tu familia. Tengo ese miedo.

-Suele decirse que es mucho más arriesgado torear a pie que a caballo...

-No lo creo, las dos cosas tienen su riesgo y su gran dificultad. En los dos terrenos, ser figura es dificilísimo, hay que saber cuándo debes arriesgar mucho. A pie, dependes más de ti mismo; a caballo, dependes mucho de tu montura.

-¿Le queda algo por cumplir?

-Sí, me quedan muchas cosas. Hay muchas que se pueden conseguir todavía. Muchos sueños que tengo en la cabeza.