En el Mioceno medio y superior, entre hace 14 y 8 millones de años, las comarcas del Vall¨s y el Anoia formaban una enorme cuenca sedimentaria. No había pinos ni encinas, sino bosques tropicales por los que deambulaban elefantes, antílopes, rinocerontes, ardillas voladoras, ciervos y unos extraños monos, anatómicamente revolucionarios, que no han dejado huella en ningún otro lugar del mundo. La fortuna --las obras en un basurero-- los ha rescatado del pasado.

Uno de ellos es Pau, conspicuo Pierolapithecus catalaunicus (13 millones de años) que vio la luz en el 2004, pero los trabajos desarrollados desde entonces confirman que "en la zona moraron varias especies más", explica el paleontólogo Salvador Moy , entre ellos un primate más antiguo llamado a ocupar un lugar preeminente en la historia. Podría tratarse, si se confirman los indicios, del antepasado común de todos los homínidos --hominoideos, según otros investigadores--, la familia de los grandes simios actuales, los humanos y otras especies ya extintas.

Los hallazgos

Moy y sus colegas del Instituto Miquel Crusafont, en Sabadell, han hallado un cráneo bastante completo --con mandíbula y dientes-- de hace 14 millones de años, según la datación por paleomagnetismo, aunque prefieren no ofrecer más detalles hasta confirmar el trabajo. Moy sólo avanza que debía de pertenecer a una especie "relativamente moderna, especialmente si se compara con los restos coétaneos que se han encontrado en Africa".

En total, de cada 1.000 piezas de vertebrados rescatadas en Pierola, una corresponde a un primate, un porcentaje enorme si se tiene en cuenta que los monos nunca han sido muy abundantes --comparado, por ejemplo, con los ubicuos roedores e insectívoros--. Hay mandíbulas, un fémur y dientes atribuidos a un decena de individuos de varias especies y quizá géneros, incluyendo también dos pliopitécidos, monos llegados a Europa hace 18 millones de años.

Además de la revolucionaria adscripción filogenética, Moy considera que la presencia en Europa de monos antiguos pero con características modernas --como la cara más plana-- podría cuestionar también las teorías sobre la expansión de los primates por el mundo. "¿Por qué no hay restos similares en Africa?", se pregunta. Una hipótesis sugiere que los primates surgieron en Africa, pero luego se expandieron por Eurasia y allí evolucionaron hasta constituir el germen de los homínidos: "Podríamos hablar de una cuna de la humanidad en el Mediterráneo, hasta Turquía". Luego, los primates europeos recolonizaron Africa y allí acabaron dando lugar a los antecesores comunes de humanos y chimpancés.

Tanto en el caso de primates como en el resto de vertebrados, la calidad de los fósiles de Pierola es excelente debido al terreno arcilloso. Moy describe el proceso: los restos ahora recuperados pertenecen a animales que murieron y sus cadáveres fueron cubiertos de inmediato por arcillas arrastradas por lluvias y grandes riadas. "La sedimentación tuvo que ser muy rápida", insiste. En vez de permanecer a la intemperie y sufrir el desgaste de la erosión, los huesos quedaron sepultados hasta ahora. Concretamente, hasta las obras de ampliación y adecuación del basurero de Can Mata.