TOt sea, el abuelo por antonomasia. El abuelo de España, el paradigmático abuelo del régimen. Que cuelguen ya los hábitos el abuelo Cebolleta , el de Galdós , el de Heidi e, incluso, ese abuelo Dios, bonachón y permisivo, que algún cura bien intencionado nos mostró en la infancia a pesar del Antiguo Testamento. Porque donde esté el abuelo de Zapatero , todos los demás sobran. Que lo mismo sirve para un roto que para un descosido. Digo, para ser exhibido por su nieto como ternura en un programa de televisión, o, ¡ay, dolor!, como arma arrojadiza, absurdamente cruel, contra una víctima del terrorismo. Lo cual que el pobre indefenso es ya un abuelo multifunción.

Y es que se necesita ser corto de inteligencia o tener una catadura moral indefinible, o ser un revoltijo informe de ambas carencias, para escupir la contestación que el presidente del Gobierno le lanzó a la madre de Irene Villa . Cuando ésta le confiaba la angustia de su hija, a la que un bombazo de ETA le destrozó las piernas y la infancia, el tal presidente la fulminó igualando a las criaturas víctimas del terror con su abuelo fusilado en la guerra. ¿El rencor le impide discriminar la barbarie? ¿Es la bilis? O, a lo peor, ¿es maldad?

Me hago una reflexión que es pesadilla. Si este zascandil iluminado es capaz de utilizar, de forma tan zafia y rastrera, la memoria del padre de su padre para despreciar a las, para él, incómodas víctimas del terrorismo, ¿qué más será capaz de hacer?, ¿cuál es su límite? La verdad es que estoy acojonado.

(jabuizaunex.es)