La abogada y diputada del partido Progressive Democrat, Liz O´Donnell destapó la caja de los truenos durante un debate parlamentario en Irlanda sobre un informe judicial en el que se detallan los abusos sexuales cometidos por el clero en una diócesis de Irlanda. El llamado informe Ferns, que lleva el nombre de un distrito rural al sureste del país donde ocurrieron abusos entre 1962 y el 2002 es, proporcionalmente, uno de los peores escándalos sexuales en los que se ha visto implicada la Iglesia católica en todo el mundo. Durante 40 años, al menos 21 sacerdotes participaron en un centenar de violaciones y abusos del niños en la comunidad. El obispo se limitó a trasladar a los violadores y cuando los feligreses llevaron sus denuncias al nuncio de Su Santidad, el Vaticano hizo oídos sordosa las alegaciones.

"El informe dice muy claramente que el Vaticano tiene parte de responsabilidad en la violación y abusos de niños", señala Colm O´Gorman, una víctima.

De momento 23 diócesis han reconocido abusos a menores en las últimas cuatro décadas, en los que han estado implicados más de 240 sacerdotes.