La conexión aérea entre Melilla y la Península registró ayer su tercer accidente aéreo en menos de cuatro años, aunque en esta ocasión sin víctimas mortales. Un aparato de la compañía de vuelos regionales Air Nostrum se estrelló contra la valla perimetral de la terminal melillense cuando aterrizaba. Nueve de los 14 pasajeros sufrieron lesiones, aunque sólo tres seguían anoche hospitalizados, entre ellos una mujer embarazada, además del comandante.

El avión, que cubría el vuelo IB 8276, salió del aeropuerto de Málaga a las 11.30 horas. A las 12.15 iba a tomar suelo en Melilla, cuando se salió de la pista de aterrizaje y colisionó contra la alambrada. Sobre las causas del siniestro, fuentes oficiales señalaron que podría haberse producido por un "error técnico" en la maniobra de aterrizaje, aunque no se descartaba un fallo en los frenos. El comandante no comunicó anomalía alguna a la torre de control. Una comisión oficial investigará ahora el siniestro.

Antes de despegar, los pasajeros fueron colocados en los asientos traseros del aparato, un Fokker 50, para nivelar el peso, ya que el avión estaba ocupado por una cuarta parte de su pasaje. Esta circunstancia evitó males mayores porque el avión, al "arrugarse", empujó los asientos hacia la parte delantera. La mayoría de los pasajeros salieron andando del avión.

Nueve de los 14 viajeros tuvieron que ser atendidos en hospitales y ambulatorios de Melilla. Por la noche, sólo tres continuaban ingresados en el Hospital Comarcal de Melilla. Dos de ellos presentaban traumatismo craneoencefálico. La mujer embarazada estaba en observación, al igual que el comandante, que presentaba varias contusiones.

LOS BOMBEROS

Los bomberos extrajeron 2.000 litros de queroseno del avión para evitar una hipotética explosión y la zona fue acordonada durante varias horas. Los vuelos con la Península (una treintena al día, la mayoría con destino a Málaga) fueron suspendidos durante hora y media.

El avión siniestrado presentaba un gran agujero en un lado a causa del choque. El piloto lamentó el accidente y dijo que, aunque no se produjeran víctimas mortales, no se sentía "orgulloso" de su acción.

Los familiares de los pasajeros mostraron su malestar por el accidente, el segundo que registra la ciudad en cuatro años (el tercero se produjo en Málaga, aunque el vuelo procedía de Melilla).