Socorristas tailandeses recuperaron ayer los últimos cadáveres entre los restos carbonizados del avión de la aerolínea de bajo coste One To Go que se estrelló el domingo cuando intentaba aterrizar en medio de una tormenta monzónica en la isla turística de Phuket. Una vez rescatados los cuerpos de las 89 víctimas y recuperadas las cajas negras, el aeropuerto fue reabierto al amainar el temporal. El accidente ha abierto un debate sobre la seguridad de las aerolíneas de bajo coste, que han experimentado un gran crecimiento en Asia, por lo que ayer se investigaba si el fuerte viento y la lluvia influyeron en que el aparato se saliera de la pista y se estrellara.