En els Pallaresos (Tarragonès) vivía Ramón Laso, único condenado en España por dos muertes -su pareja y su cuñado- sin que se hayan hallado los cuerpos. En ese pueblo también vivía Carme Gallart, vecina de 65 años vista por última vez en la parada del autobús el 18 de junio del 2014. Su cuerpo tampoco ha aparecido, pero desde el pasado mes de marzo el agente de la propiedad inmobiliaria (API) Ramón Franch está encarcelado acusado de ser el presunto autor de su muerte.

Gallart había denunciado al API por estafa y le reclamaba más de un millón de euros, pero el juicio nunca llegó a celebrarse. La investigación de la Unidad de desaparecidos de los Mossos d'Esquadra sitúa a los dos, el mismo día en que Gallart fue vista por última vez, en el garaje de Franch en Tarragona. Ese día llevaba el coche que le prestó una amiga y en el maletero, por dentro y cerca del parachoques, se han hallado restos de ADN de la mujer desaparecida, coincidentes con los que se daría una cabeza al golpearse contra ese punto, según los investigadores.

LLAMADAS DE LOS ABOGADOS

A finales de este pasado mes agosto, dos abogados -una mujer y un hombre- se pusieron en contacto por teléfono con la dueña del coche. La primera vez le dieron recuerdos de Franch y la emplazaron a quedar en una casa de una urbanización de Salou (Tarragonès) para darle una carta del encarcelado.

Lo que no sabían ninguno de los dos es que la testigo tomó precauciones y grabó las charlas porque tenía miedo, según fuentes próximas al caso. Finalmente, tras varios intentos fallidos, el 28 de agosto por la mañana un abogado de Reus le entregó una carta manuscrita del sospechoso. La mujer la cogió, pero ni siquiera llegó a abrirla: fue directamente al juzgado y ahí sí rasgó el sobre, delante del juez, y leyó su contenido.

En la misiva, según estas fuentes, Franch le repetía varias veces su nombre y le advertía de que destruyera la carta una vez leída. Acto seguido, le narraba paso a paso cómo, antes de prestarle el coche, fue con ese vehículo a comer una paella en la finca de unos amigos, que llevaba comida en el maletero, que Gallart le ayudó a sacarla y entonces se golpeó en la cabeza accidentalmente y se hizo un chichón.

CITADOS A DECLARAR

La mujer que telefoneó a la dueña del coche, según las investigaciones, es una letrada del despacho del abogado defensor de Franch. El juez la citó hace pocos días a declarar como testigo y se acogió al secreto profesional para guardar silencio. El abogado que le entregó la carta declaró ayer y, según fuentes próximas al caso, negó conocer el contenido de la carta.

El abogado defensor de Franch, Tomás Gilabert, sostiene que “ni siquiera se sabe si la carta es o no” de su cliente. También califica las declaraciones de los dos letrados de “accesorias, porque no tienen nada que ver con el caso”. Por su parte, el abogado de la familia Gallart, Antoni Mendía, avanza que estudian querellarse por el presunto intento de dirigir a una testigo clave.