El juicio por la violación y muerte de Marta del Castillo quedó ayer visto para sentencia después de la última palabra de los cuatro acusados, que expresaron sus condolencias a la familia pero dijeron que no pueden "aliviar su dolor" porque no saben donde está el cuerpo de la víctima.

El asesino confeso, Miguel Carcaño pidió perdón a la familia de Marta, dijo que "nunca fue su intención causarle tanto daño" y añadió que "si supiera donde está el cuerpo, lo diría". Samuel Benítez, acusado de ayudar a Carcaño a deshacerse del cuerpo de la víctima en un lugar desconocido, afirmó que "sinceramente, siente mucho lo que ha pasado", pero añadió que él no tuvo "nada que ver".