Para muchos son las primeras vacaciones de sus vidas en un entorno adaptado y con los medios accesibles que necesitan para poder moverse sin muchas dificultades. Para otros tantos es la manera de demostrar que pueden sobrellevar su discapacidad fuera del ambiente superprotegido de la familia. Estos son los objetivos con los que desde hace más de 20 años se celebra el programa Abierto por vacaciones , que organiza el colectivo de discapacitados Cocemfe Badajoz, en colaboración con Apamex, con financiación de la Consejería de Sanidad y Dependencia.

Gracias a este programa, desde ayer 50 personas se encuentran en Torremolinos disfrutando de unas vacaciones que quizá tardarán en olvidar. Muchos de ellos sufren graves problemas de movilidad y también van dos personas que requieren diálisis, que han podido viajar porque Alcer ha concertado allí una clínica. Estarán en la Costa del Sol hasta el 10 de julio en un hotel que cuenta con diez habitaciones sin bañera, con asientos plegables, que se habilitaron, precisamente, a raíz de esta iniciativa, como también se construyó una rampa de acceso a la piscina y que gracias a estas características se ha convertido en la seña de identidad de este establecimiento. El hotel pertenece a la cadena Sol Meliá, que ha tomado nota de esta experiencia y ha extendido a otros de sus hoteles la oferta de habitaciones sin barreras, según cuenta Jesús Gumiel, de Apamex.

Desde hace 10 años, el destino en Torremolinos es este mismo hotel, precisamente por las facilidades que presenta para las personas con problemas de movilidad. Pero no es la única ventaja conseguida en esta localidad costera, cuyo ayuntamiento ya estaba avisado de que estos turistas tan especiales se acercan estos días a sus playas, y coloca tablas en la arena para facilitar que puedan acercarse el máximo posible al agua.

Esta es la "actividad estrella" de cada uno de los días que dura el viaje: la playa. Todas las mañanas se acercan al mar y se bañan con chalecos salvavidas. Para que su baño sea "real" no entran en el agua con ningún tipo de vehículos, sino que desde la silla de ruedas son sostenidos por los monitores que los introducen en el mar, donde permanecen un rato con ayuda de una persona. El viaje incluye una visita a Puerto Banús en un autobús con plataforma elevada y una jornada en el parque acuático, donde tienen autorización para que los monitores acompañen a los bañistas en la piscina de olas.

Al sol y la playa se suman las actividades nocturnas, que son las que el propio hotel ofrece a todos sus huéspedes. Gumiel considera muy importante que gracias a que este hotel es muy grande, este grupo "pasa desapercibido". "Nosotros --señaló-- no queremos ir a alojamientos donde estemos solos, porque defendemos la integración".