A veces queremos, quizás, que pase el tiempo muy rápido, pudo ser el día de Santiago, este 25 de julio de este año que ojalá no hubiera amanecido nunca, no dándose cuenta el calendario y haber pasado al día siguiente, fatal y triste día en el cual Juan nos dejó. Nunca pensé que, Juan, hubiera podido sembrar tanto cariño, amor, amistad en y con tanta gente, gente de muchos sitios; gente mayores y menos mayores; en gente jóvenes y en gente muy jóvenes, muestra de ello quedó reflejado ese mismo día. A Juan, se le echará de menos, claro que sí, como no podía ser de otra manera, y se le va a tardar en olvidar, como no. Buena persona, muy buena gente, llevando su humildad por cualquier sitio donde fuera, pero claro, respaldándolo su gran corazón que tenía para con toda la gente, como quedó demostrado. Sí, se le va a echar de menos, ese mismo día y pasado simplemente unas horas del duro golpe, observando a su perrina Tani, ella misma me quería con su mirada decir algo, quizás sólo le faltó hablarme, ella sabía que a su amo le había pasado algo, algo muy gordo, quizás ya lo estaba echando a faltar.

Enviarte un mensaje, con esta despedida, o mejor dicho con este hasta siempre y como seguro que nos estarás mirando con esos ojos verdes que tenías, que ilumines desde el cielo a tu esposa Toli y a tu hija Juanabel para que tengan fuerzas para que Ismael crezca como tú hubieras querido... Adiós Juan.

Tu cuñado Andrés Sáenz

Cáceres