Con justicia se ha dicho autorizadamente, durante tus exequias, que ha muerto el placentino más universal de nuestro tiempo, viajero incansable en su misión evangelizadora por todo el mundo a la sombra de cinco Papas.

Impaciente divino por anunciar a Cristo y a su Iglesia con su ágil pluma de fino periodista, como director del L´Observatore Romano en lengua española. Agudo observador de los sucesos y personajes del mundo para informar, como corresponsal de diario Ya en Roma.

Eficaz evangelizador con palabras de Cristo y de los sabios de la Iglesia, como el genio de Tagaste y otros muchos.

Fiel y oportuno apóstol con sus incontables artículos y crónicas.

También a ti, querido amigo y coetáneo, te habrá dicho ya el Supremo Pastor: ¡Qué bien has escrito de mí!

Descansa en paz de Cristo, merecida por tus virtudes y tu amor a la Iglesia, a Cristo y a Extremadura, que te considera como su gloria.

Tu amigo.

Teodoro Fernández