TDticen que es una enfermedad que se cura con los años, que la revolución que sufren los adolescentes durante la pubertad no es más que la consecuencia de una transformación necesaria, para que se hagan hombres y mujeres. Dicen que son normales los síntomas que padecen: agresividad con los padres, dependencia del teléfono móvil y del Messenger , inconformismo, desobediencia, preferencia por los amigos antes que por el entorno familiar, rebeldía ante cualquier norma que pueda parecer una imposición, y un largo etcétera que sólo los padres que tienen un adolescente en casa pueden completar.

También dicen que sus cuerpos son cócteles de hormonas con tendencia a convertirse en bombas de relojería.

Los profesores se quejan de que los padres no se implican en su educación, los padres, de que el sistema educativo no ha sabido facilitar las claves para que los profesores impongan una autoridad en las escuelas que ellos mismos no pueden imponer en los hogares. Y cada uno se pregunta, sin encontrar la respuesta que pueda ayudarlos a todos, ¿dónde está el problema? ¿Por qué tanta diferencia entre los chicos que llegan ahora a esta edad, con los adolescentes de hace 15 o 20 años? ¿Qué ha pasado para que nuestros hijos nos pierdan el respeto? ¿Para que el profesor haya dejado de ser un referente y pase a ser un enemigo? ¿Cuáles son sus valores?

Ojalá pudiéramos entender a nuestros hijos. Ojalá este tema no se nos desborde, y consigamos ver esos valores que ahora parecen escondidos, porque de estos hombres y mujeres son las manos que guiarán el futuro.