Uno de los cada vez más frecuentes episodios de violencia en las escuelas francesas acabó ayer en drama. El niño tenía tan solo 12 años. Murió apaleado por sus propios compañeros en el patio del colegio Albert-Camus de Meaux, situado en un barrio conflictivo de la conurbación de París.

Dos alumnos, un niño y una niña, fueron retenidos e interrogados anoche por la policía judicial de Versalles, que se encarga de la investigación. Según fuentes policiales, el escolar fue agredido por un compañero de 11 años tras una discusión al finalizar un partido de balonmano. Tras caer al suelo debido al fuerte golpe, la víctima fue pateada por otros alumnos.

Cuando llegaron los bomberos, alertados por un profesor, el niño yacía inerte en el suelo del patio. Los intentos de reanimación resultaron infructuosos y el cuerpo ingresó cadáver en el hospital.

El orígen de la pelea no está claro. Según un alumno entrevistado por la cadena de información LCI el escolar fallecido había insultado a su agresor. El joven profesor de deportes que acababa de impartir su clase de balonmano cuando sucedieron los hechos había pedido a los niños que le llevaran la ropa de deporte cuando se percató del altercado y, según informa France Press, vio al alumno caer.

De acuerdo con la versión policial, existía un contencioso entre la víctima y dos de sus presuntos agresores, a los que arrebató el balón en varias ocasiones a lo largo del partido. Tras lo sucedido, el profesor reunió a la clase y el presunto agresor aprovechó para huir a su casa, donde fue detenido por la policía.

El escolar muerto era hijo de un miembro del personal no docente del centro, clasificado como escuela de atención prioritaria. El colegio Albert-Camus de Meaux forma parte de las escuelas consideradas más difíciles dentro de los conflictivos centros de los llamados barrios sensibles del cinturón de París.