Que los glaciares de todo el mundo son víctimas del cambio climático no es una noticia nueva. Sí lo es, sin embargo, la rapidez con la que la nieve agoniza. Un estudio de Naciones Unidas confirma que el índice del deshielo se ha doblado entre la temporada 2004-2005 y la 2005-2006. Nunca antes se había registrado una rapidez mayor.

Para elaborar el informe, hecho público ayer, los técnicos de la ONU han analizado 30 glaciares desde 1980. La conclusión es demoledora: todos ellos han perdido una media de 11,5 metros de espesor. Solo en el 4% de los glaciares estudiados se constató un aumento de la nieve.

El que más espesor perdió fue el Breidalblikkbrea, en Noruega, cuya disminución fue de 3,1 metros durante el 2006 frente a los 30 centímetros que perdió el año anterior. El glaciar español de Aneto-Maladeta también está incluido en el estudio de la ONU. En el 2006 perdió dos metros de espesor frente a los 1,6 metros de 2005.

Los glaciares son más que necesarios. Millones de personas dependen directa o indirectamente de sus reservas naturales de agua, que resultan imprescindibles para la agricultura y la producción de energía eléctrica, según advirtió Achim Steiner, director del programa para el Medio Ambiente de la ONU, un organismo con sede en Zúrich. En su opinión, su lenta desaparición podría provocar consecuencias fatales, como migraciones masivas.