Las calculadoras de las aerolíneas echan humo como el volcán Eyjafjalla. El sector, agrupado en su mayoría en la IATA, estima que el cierre de los espacios aéreos durante casi seis días le ha supuesto dejar de ingresar unos 1.200 millones de euros. El objetivo ahora es saber quién paga la monumental factura.

Mientras varias compañías evalúan la opción de demandar a la UE y a los estados, como adelantó ayer este diario, el conjunto del sector exige reformas normativas. La IATA reclama que las compañías puedan dejar de pagar hoteles, comidas y otros gastos a los pasajeros en casos extraordinarios como los vividos en los últimos días. Algunas de ellas, como la de bajo coste Ryanair, que no está afiliada a la IATA, ni los cubren ni piensa cubrirlos digan lo que digan las autoridades, remarcó ayer dicha compañía. "Las regulaciones no prevén estas situaciones extraordinarias. Es urgente que la Comisión Europea encuentre fórmulas para aligerar esa carga injusta", dijo Giovanni Bisignani, director general de la IATA.

Ante la resistencia a respetar los derechos de los pasajeros, la Comisión Europea reiteró que las aerolíneas están obligadas a reembolsar la totalidad del billete a los ciudadanos que lo reclamen o a encaminarlos hacia su destino, haciéndose cargo de los gastos de manutención y alejamiento mientras tanto.

El bufete Baker & McKenzie analiza las posibilidades de reclamar compensaciones para el sector por la vía judicial, por encargo de varias aerolíneas.

Es por ello que reclaman compensaciones como las que dio el Gobierno de EEUU cuando cerró el espacio aéreo durante tres días tras los atentados del 11-S del 2001. Entonces entregó unos 3.700 millones de euros.

Otras de las reclamaciones para paliar los efectos de esta crisis, que en los momentos álgidos afectó a 1,2 millones de pasajeros diarios, según la IATA, son una rebaja de la regulación de los derechos de aterrizaje y de despegue y la posibilidad de relajar las normas que impiden los vuelos nocturnos.

El tráfico aéreo europeo fue recuperando ayer una cierta normalidad. Las compañías pudieron realizar unos 21.000 vuelos (el 75% del total), aunque aún hubo que cancelar unos 7.000, según indicó Eurocontrol. Desde el inicio de esta crisis, las compañías se han visto obligadas a cancelar más de 100.000 vuelos.

AUTOCRITICA BRITANICA Ayer, todo el espacio aéreo europeo por encima de los 6.100 metros estuvo libre de restricciones. El de Heathrow fue el último gran aeropuerto en recobrar la actividad. El ministro de Transportes británico, Andrew Adonis, reconoció en la BBC que su Gobierno había sido "demasiado cauto".

Los aeropuertos españoles, como bases aéreas, operaron ayer 316 vuelos especiales.