El policía que el pasado miércoles por la noche mató en Madrid a un delincuente estaba fuera de servicio. El fallecido, de 21 años y con un amplio historial delictivo, murió tras recibir un tiro en la cabeza mientras estaba forcejeando con el agente. Fuentes de la Dirección General de la Policía (DGP), que ha abierto una investigación, destacaron que el impacto fue "accidental". Esas mismas fuentes concluyeron: "Se le disparó el arma".

El suceso ocurrió el miércoles por la noche en la calle de Ramón Pérez de Ayala, en el distrito del Puente de Vallecas. A las 22.15 horas, cuatro agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) estaban vigilando un Audi 3 de color rojo. Supuestamente se trataba del coche que utilizaba una banda especializada en robos. Los cuatro agentes estaban acompañados por dos otros miembros del CNP que llevaban sus armas reglamentarias y estaban "libres de servicio". Ambos se encontraban "ayudando" a sus compañeros.

Fuentes oficiales no detallaron por qué los agentes estaban fuera de servicio.

Cuando los agentes vieron que tres varones jóvenes se acercaban al coche vigilado y abrían sus puertas gritaron "alto, policía" y mostraron sus placas. En ese momento, uno de los sospechosos empujó a uno de los agentes y huyó, aunque fue detenido más tarde.

Mientras esto ocurría, los otros cuatro agentes trataban de reducir a los otros dos jóvenes, que, según la DGP, "ofrecieron una gran resistencia". Durante el forcejeo, el joven fallecido "se abalanzó sobre uno de los agentes". En ese momento, "se produjo un disparo accidental que alcanzó mortalmente" al joven.