La isla de Fuerteventura estrenó ayer la primera patrulla marítima conjunta hispanomarroquí. Dos miembros de la Gendarmería Real del país africano y ocho guardias civiles, embarcados en la lancha Guadalupe, empezaron a peinar las aguas situadas entre Canarias y el desierto del Sahara en busca de inmigrantes irregulares. Si la iniciativa tiene éxito, se extenderá a Gibraltar en seis meses.

El singular equipo de vigilancia es fruto de los acuerdos alcanzados el 18 de noviembre en la reunión mantenida en Madrid por los ministros de Interior de Marruecos y España. Ambos consideran que el intercambio de información sobre rutas y modos de operar que llevarán a cabo los agentes de ambos países puede ser clave para luchar contra la llegada de pateras.

La patrulla mixta formada ayer se alternará con otra de una composición inversa que partirá de El Aaiún. Dos agentes de la Guardia Civil subirán a bordo de una lancha marroquí para evitar la salida de pateras de las costas situadas frente al Sahara. En todos los casos los policías que actúan de invitados no irán armados, dado que no tienen jurisdicción para hacerlo, pero sí podrán utilizar los aparatos de comunicación para intercambiar información con la otra orilla.

El Delegado del Gobierno para la Inmigración, Gonzalo Robles, que pasó revista a la patrulla, destacó que esta nueva colaboración "es una prueba de que se cumplen los acuerdos alcanzados por España y Marruecos".