El precio del agua de uso urbano en España subirá un 30% de media en los próximos cuatro años, de aquí al 2010, para cubrir los costes reales de la depuración y otras necesidades ambientales a las que obligan diversas directivas comunitarias. Según avanzó ayer Josefina Maestu, asesora del Ministerio de Medio Ambiente en materia de aguas, el objetivo es acabar con las subvenciones que actualmente abaratan y fomentan el despilfarro. "No puede ser que en España tengamos el agua más barata que en países europeos con gran abundancia", insistió. La experta no explicó si el agua de riego agrícola también sufrirá el mismo aumento.

Maestu, que participó ayer en la Convención Hidronómica de Barcelona, un congreso sobre políticas hidráulicas, insistió en que el aumento previsto del 30% "es incluso una cifra moderada". En España, de media, se paga el agua a 1,05 euros el metro cúbico, mucho menos que en Francia, con 3,5 euros, o Dinamarca, con 4 euros. "Un aumento de 1,05 a 1,3 es un coste perfectamente asumible por la población. No es en absoluto una cifra astronómica. ¿Cuánto pagamos por un agua de botella? ", se preguntó la experta.

Eso sí, precisó, el aumento será progresivo y variará en las diferentes ciudades en función de la disponibilidad de agua --no en todas hay los mismos recursos--, de la calidad, de la contaminación generada y de los costes que ya se soportan.

Sobre qué factores iban a encarecer el recibo, la asesora del ministerio citó como ejemplos esenciales la depuración de aguas residuales, la descontaminación por nitratos y la retirada del plomo en cañerías y grifos domésticos. "Hemos de pensar que en España hemos estado bebiendo el agua barata de los embalses --insistió--, pero a a partir de ahora deberemos empezar a pensar en otras fuentes más caras". Es decir, reutilización, desalinización.