Agustina era trabajadora del Ayuntamiento de Malpartida de Cáceres. Desde que se supo la noticia de su injusto fallecimiento, con tan sólo 36 años, el Ayuntamiento de Malpartida de Cáceres, y Malpartida, está triste. Todos sentíamos cierta incredulidad y desconcierto, pareciendo que Agustina tenía que volver, y sentarse en las oficinas, para dar como siempre, lo mejor de sí.

Pero cuando en su funeral, la Iglesia de Malpartida, abarrotada, ha acogido a multitud de personas, que con un silencio estremecedor han querido despedirse de ella, es cuando todos nos hemos dado cuenta de que Agustina ya no volverá.

Agustina se sintió sumamente querida durante su enfermedad, cuando todo el mundo se preocupó y estuvo pendiente de ella. Decía entusiasmada que daría una misa en agradecimiento para todo el pueblo, por lo que la gente había rezado por ella. Y feliz decía que nunca pudo imaginar para ella tanto cariño.

Tampoco podría imaginar que una tarde de mayo, porque era su funeral, ha sido nublada, fría y triste.

Y tampoco podría imaginar que alguien escribiera unas líneas por su fallecimiento en el periódico. Pero estas líneas son por su memoria, y porque todos sus compañeros estamos sumamente tristes y enfadados con la vida.

Qué pena que no haya podido celebrar esa misa, y sin embargo, sí un multitudinario funeral, rebosante de cariño, respeto y mucha pena.

Hasta siempre, Agustina.

Tus compañeros de

Malpartida de Cáceres