La aerolínea Air France fue imputada hoy por "homicidio involuntario" por el juez que investiga el accidente del Airbus A330 que se estrelló en el Atlántico cuando cubría la ruta Río de Janeiro-París, en el que murieron 228 personas. El procesamiento de Air France se produce un día después de que fuera imputado el fabricante aeronáutico europeo Airbus en la misma causa con vistas a la determinación de responsabilidades en la caída del avión por razones que todavía no se han podido precisar. Al tribunal de París donde se le comunicó la imputación a la aerolínea asistió hoy el director general de Air France, Pierre-Henri Gourgeon, quien iba acompañado del abogado de la compañía, Fernand Garnault. Ambos procesamientos se conocen dos días antes de que el organismo francés encargado de la búsqueda de los restos del fuselaje, la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA), inicie una nueva campaña de rastreo en el lugar del siniestro. En las tres operaciones anteriores, el BEA no logró dar con las cajas negras del avión, imprescindibles para establecer las circunstancias de la catástrofe, que se produjo el 1 de junio de 2009. En diciembre de ese mismo año, ese organismo recomendó cambiar los "criterios de certificación" de los sensores de velocidad Pitot de los aviones, fabricados por la empresa gala Thales, que llevaba el aparato siniestrado. Air France sustituyó ese tipo de sondas en todos sus aviones tras el siniestro de su vuelo AF447. Jean-Claude Guiudicelli, uno de los abogados de los familiares de las víctimas, afirmó tras conocerse la imputación del fabricante de los aparatos que "no hay ninguna duda de la responsabilidad colectiva de Air France y de Airbus, puesto que la verdad en este asunto salta a la vista. Hay pruebas abrumadoras". Entre esas pruebas Guiudicelli destacó que el sistema que comunica al ordenador de a bordo del avión los fallos técnicos indicó cuando estaba cayendo que las sondas Pitot no funcionaban y que por tanto los pilotos no podían controlar la velocidad de vuelo.