Francisco Manuel no falta a su cita diaria con El Periódico Extremadura. Es un lector de oro, un lector héroe porque él es de los que todas las mañanas busca su ejemplar en el quiosco. A toda esa gente que sabe del esfuerzo que los periodistas hacen por cumplir el objetivo social de este oficio se le debería levantar un monumento.

Revisa una a una las páginas. Del coronavirus no pasa porque dice que todas las demás noticias parecen enlatadas. Lleva más razón que un santo porque no hay ninguna actualidad en esta ciudad más allá de la pandemia.

Hoy, este lector se convierte en protagonista por su testimonio. La semana pasada fue al Carrefour. Se volvió para casa porque las colas daban hasta tres vueltas y era imposible escapar de un enjambre enloquecido que arrasaba con el alcohol, el agua oxigenada y las natillas de vainilla y chocolate.

Pero esta vez no ha ocurrido lo mismo. "A las diez y media me fui a comprar. Todas las puertas estaban cerradas. Me asusté, pero rápidamente me percaté de un cartel que anunciaba: 'Entrada por la puerta 4'. Al llegar había un vigilante señalando que había que ponerse en cola guardando el metro y media de distancia. Según salían ocho o diez clientes volvían a entrar otros diez. Te desinfectaban las manos y te daban unos guantes para coger los alimentos. Son guantes de un solo uso, de esos que se utilizan habitualmente para coger la fruta".

Dentro del centro comercial tan solo unos 20 o 25 compradores."Las estanterías estaban llenas y en las cajas todo el personal atendía con mascarillas". La medida, coherente, está funcionando. "Al menos la gente ya no va a buscar comida como borregos", dice Francisco Manuel mientras coloca la Mahou 5 Estrellas en el frigorífico y se despide amablemente por el móvil.

En su mismo barrio vive Guadalupe, que es profesora. Se ha pasado la semana corrigiendo ejercicios de un curso de Segundo de Bachillerato. "Todos los profesores estamos un poco desconcertados y temerosos porque no sabemos si va a haber selectividad, si las clases empiezan el 1 de mayo... Tengo que estar casi el día entero en el ordenador y esta situación se nos hace muy difícil". Es de las que piensan que hay que aplaudir a los sanitarios desde los balcones, pero también a los docentes, porque han sido capaces de montar todo un sistema de educación a distancia para seguir prestando sus servicios desde el hogar. Su material, el ordenador particular. Su espacio, el salón. La lista de correos, interminable. Necesitamos devolver a la educación el lugar que le corresponde. Así que esta noche, aplaudan también por ellos.

Tiene una butaca relax, limpia las estancias de su casa a fondo, escucha música y por la noche trata de entretenerse con una serie de televisión. "Ah, y antes de acostarme -avisa- leo El Periódico Extremadura". Guadalupe, otra heroína.