Solo dos días después de iniciarse el curso escolar, una guardería de Istres, en el sur de Francia, ya ha cerrado sus puertas a causa de la gripe A. Se trata del primer centro que aplica la drástica medida en el país vecino, cuyo Gobierno ha decidido autorizar la clausura de escuelas en caso de registrarse tres casos al mismo tiempo, una opción muy controvertida que ha generado un debate sobre su viabilidad.

En el caso de la guardería de Istres, el ayuntamiento, propietario del centro, ha decidido adelantarse a las autoridades regionales. El prefecto es quien tiene la facultad de cerrar los centros afectados por la pandemia durante un periodo de siete días. "No he querido asumir riesgos. No hay que ser alarmista, no es la peste del siglo, pero es necesario mantenerse vigilante", ha argumentado el alcalde, François Bernardini, que ha dictado la clausura tras confirmarse que un miembro del personal padecía la gripe A y que otros dos integrantes del equipo docente presentan síntomas de haber contraído el virus.

La mayoría de la veintena de bebés de la guardería tienen menos de un año, y aunque ninguno padece la enfermedad, se ha recomendado a los padres que los niños se queden en casa. Los menores de 2 años forman parte de los colectivos para los que la gripe A representa un mayor riesgo. Francia, que perfila su plan de vacunación, los incluye entre los grupos que serán inmunizados de forma prioritaria.

Las embarazadas, los enfermos crónicos y el personal sanitario encabezan la lista de 15 millones de personas que presentan factores de riesgo ante la enfermedad. En las escuelas se prevé una campaña de vacunación voluntaria en el mes de octubre, cuando se calcula que la pandemia estará ya muy extendida entre los escolares.

IGUAL QUE LAS DISCOTECAS La posibilidad de cerrar los centros educativos es considerada por algunos expertos una medida tan inviable como ineficaz. "Los institutos no son lugares de más fácil contagio que las discotecas, y los adolescentes no van a quedarse en casa", afirma un responsable sanitario.

También preocupa a los padres la falta de alternativa para acoger a los niños que no presenten síntomas de gripe en caso de suspensión de las clases. Los expertos advierten contra el riesgo de que se dispare el absentismo laboral entre los progenitores que no tengan con quien dejar a sus vástagos. El cierre de las aulas no garantiza, además, que no se produzcan nuevos casos de infectados por el virus H1N1 cuando se reabra el centro.