El Ayuntamiento de Lleida intentó matar dos pájaros de un tiro al precintar el miércoles la polémica mezquita de la calle del Nord de la ciudad, dirigida por el imán salafista (el ala más radical del islam), Abdelwahab Houzi. Por un lado, el consistorio resolvía un problema de falta de seguridad en un local con capacidad para 240 personas en el que se habían llegado a reunir más de 1.000. Por el otro, ha propiciado que la comunidad musulmana leridana vuelva a hablar de construir una nueva mezquita en un solar de un polígono industrial que el propio ayuntamiento les cedió hace ya tres años.

El alcalde de Lleida, el socialista Angel Ros, recordó que los musulmanes de la mezquita precintada sólo pueden ocupar un pabellón municipal el viernes, por lo que ha sugerido que recen en su casa, como hace él mismo.

"Escuche yo rezo en casa, cuando quiero. No es obligación del ayuntamiento proveer templos de culto", dijo el alcalde, para quien es "evidente" que si quieren rezar en colectividad en una mezquita tienen que cumplir la normativa legal.

El pasado 25 de junio, la Policía Local contó 1.200 personas concurridas en la mezquita del Nord y el ayuntamiento perdió la paciencia. Ya en el 2008 y en el 2009 había abierto sendos expedientes por exceso de aforo con multas de 400 y 600 euros, respectivamente. Paralelamente, los responsables del templo han ido posponiendo el proyecto de la nueva mezquita. El verano pasado el imán argumentó que no había dinero --por culpa de la crisis, dijo-- y planteó levantar una carpa, que teóricamente debía haber estado lista en febrero pasado.

EL PROYECTO REVIVE Ayer, presionado por la clausura de las instalaciones de la calle del Nord, Houzi anunció, ante un centenar de fieles, que el proyecto de la mezquita revive. Será una construcción a medio camino entre el gran templo previsto en el 2007 y la carpa de la que se habló el año pasado, "de módulos prefabricados". Es la solución para el alcalde. "El futuro de la mezquita es que construyan una en el solar que tienen habilitado para ello", dijo

Las relaciones entre el ayuntamiento y los líderes musulmanes están enrarecidas. Sobre todo, después de que algunas voces críticas señalaran al imán Houzi como el responsable de la desaparición del dinero recaudado para las obras del nuevo templo. Tampoco le sentó bien ayer al ayuntamiento que los musulmanes se presentaran a rezar, sin autorización municipal, en un pabellón del parque de los Camps Elisis.