En la balanza de la realeza, el pedigrí de la hija de Carolina y Ernesto de Hannóver pesa más que el de sus hermanos, que no tienen título nobiliario. Duquesa de Brunswick y Luneburgo y princesa de Gran Bretaña e Irlanda, a la niña, de 11 años, le enseña su madre a moverse graciosamente en las dos plataformas principales de propaganda monegasca: el balcón de palacio y la primera fila de los desfiles de París.