Una pareja española debería tener 18 hijos para disponer de las mismas ayudas públicas que gozan los matrimonios alemanes con solo tres vástagos. Es más, esa misma pareja española debería tener 56 hijos para que su situación se equiparara a la de Luxemburgo. Esta es una de las tristes conclusiones a la que ha llegado el Instituto de Política Familiar (IPF) en su último estudio. No es la primera vez que sus responsables piden al Gobierno que la familia sea una prioridad política. Tampoco es la primera vez que un informe deja claro que España es el país de la UE de los 25 que menos porcentaje del PIB dedica a las subvenciones familiares (0,52% frente al 2,24% de media europea). De hecho, es el único en el que ni siquiera alcanza el 1%.

100 euros por persona y año a la ayuda familiar

España solo dedica 105 euros por persona y año a las ayudas a la familia. Se trata de la cifra más baja de la Europa de los 15, cuya media asciende a 518 euros. Todos los países sacan los colores a España. Por ejemplo, Grecia dedica tres veces más. Por no hablar de Francia y Alemania, que lo hacen, respectivamente, seis y siete veces más.

España tampoco sale bien parada en la Europa ampliada. Una familia con dos hijos recibe en Luxemburgo una prestación mensual de 611 euros, que se convierten en 270 en el Reino Unido. Esa misma familia obtiene en España 49 euros, algo más de lo que hacen en la República Checa (38 euros) o Polonia (22).

El dinero se acaba alcumplir el hijo los 18

La lista de las ayudas que ofrecen las administraciones españolas es para tiritar. La paga de los 100 euros mensuales --instaurada en tiempos del PP-- es exclusiva para las madres que trabajan fuera de casa. Además, se otorga solo mientras los hijos tienen menos de tres años. La asignación económica por cada hijo menor de 18 años es de 24,25 euros al mes, aunque no es universal porque para recibirla hay estipulado un límite de renta, al contrario que lo sucede con la paga por hijo minusválido.

Los padres que se atreven a tener (o adoptar) un tercer hijo se convierten en familias numerosas.

La administración recompensa esa valentía con un pago único de 450,76 euros, aunque también existe un límite de renta. Una vez que los hijos cumplen 18 años, y, por tanto, son mayores de edad, las ayudas a la familia desaparecen. España, critica el informe, es "uno de los pocos países que no permiten extender las subvenciones en función de circunstancias especiales, como los estudios".

El 89% de las familias, sin compensaciones

El estudio elaborado por el IPF pone de manifesto que solo España y Grecia someten a tributación las prestaciones familiares mientras que la inmensa mayoría de países europeos conceden las subvenciones libres de impuestos. Hay otros estados, como Luxemburgo, Finlandia y Lituania, en los que se tributa solo algunas ayudas.

La situación de los padres en España es tan terrible que, por ejemplo, una familia con dos hijos y en la que solo trabaje fuera de casa uno de los progenitores pagará más IRPF que otra familia sin hijos y con los mismos ingresos pero obtenidos entre ambos cónyuges.

El informe hace hincapié en que el límite de renta establecido para obtener las bonificaciones por hijo --8.793 euros al año en el caso de las familias con un hijo-- es tan bajo que se convierte exclusivamente "en una ayuda para pobres". Esto contrasta con países como Suecia, Reino Unido o Francia, que no tienen límite de renta. "El límite de renta es tan bajo --concluye el informe-- que el 89% de las familias españolas no tienen derecho a recibir prestaciones".

Crear un ministerio y reducción del IVA

Una vez trazado el desolador panorama de las familias, el vicepresidente del IPF, Mariano Martínez-Aedo, presentó algunas de las peticiones recogidas en el informe y dirigidas al Gobierno. Además de reclamar la creación de un Ministerio de la Familia, el instituto solicitó la "universalización" de las prestaciones y la reducción del 50% en el IVA de productos infantiles. El vicepresidente reivindicó una reducción del 50% en el IVA de las viviendas, así como una compensación de 300 euros mensuales para que se queden en casa al cuidado de sus hijos.