Carreteras alemanas a velocidad de crucero. Dentro de poco esto podría pasar a ser historia. Una comisión encargada por el gobierno alemán ha propuesto establecer un límite máximo de velocidad de 130 km/h en las autopistas del país. La recomendación de este grupo de expertos para reducir los niveles de contaminación ha abierto un acalorado debate social que ha dividido Alemania.

En un país en el que los conductores pueden superar los 200 km/h en las autopistas, la propuesta ha sido como abrir la caja de Pandora. Según la comisión de expertos, formada por representantes de la industria automovilística, organizaciones medioambientales y del sindicato metalúrgico IG Metall, esta limitación de la velocidad permitiría reducir la contaminación y reforzar la seguridad vial. El año pasado hasta 409 personas murieron en las carreteras alemanas, siendo la velocidad la principal causa de los accidentes.

Actualmente, Alemania tiene hasta 18.150 km de autopistas en las que no hay ningún tipo de limite de velocidad, algo que solo se aplica en otros 7.640 km. En esos tramos regulados el número de muertes se reduce hasta un 26%. Aun así, aumentar esta restricción es una controversia que divide a la ciudadanía. Un 51% está a favor de limitar la velocidad, mientras que un 47% de opone a ello.

FRACTURA EN EL GOBIERNO

El debate no ha tardado en abrir una fuerte brecha dentro del propio Gobierno alemán. El ministro de Transporte, el bávaro Andreas Scheuer, fue el primero en oponerse a la propuesta de la comisión asegurando que son medidas viejas, poco realistas y totalmente irresponsables. Scheuer también critica las recomendaciones para fijar un límite en la emisión de dióxido de nitrógeno, particula contaminantes que expulsan los vehículos diésel.

Convertidos en el principal lobi de la industria automovilística, los conservadores de Angela Merkel consideran esa limitación un ataque a la identidad nacional. Así, la heredera de la cancillera, Annegret Kramp-Karrenbauer, y el nuevo presidente de la CSU, Markus Söder, han apoyado al ministro.

Eso les ha enfrentado a sus socios de gobierno socialdemócratas. La ministra de Medio Ambiente, Svenja Schulze, ha lamentado que su compañero en el ejecutivo cuestione las propuestas realizadas por la comunidad científica, sobre la nocividad de una mayor emisión de gases contaminantes, y por los expertos en seguridad vial, que piden una reducción de la velocidad para evitar más muertes en la carretera, una crítica a la que se han sumado los verdes y la izquierda.