Conmoción en Alemania por un escabroso caso de pederastia. El pasado jueves, el Tribunal Regional de Friburgo sentó en el banquillo de los acusados a un hombre de cerca de Barcelona acusado por haber violado reiteradamente a un niño de 10 años. Un «grave delito» del que se ha responsabilizado, argumentando su «interés sexual por los niños» y pidiendo ser sometido a terapia.

Para más inri, este caso de abuso que «causó un gran dolor» al menor contó con la colaboración de la madre de la víctima, que cobró a este hombre de 33 años más de 10.000 euros para poder perpetrar el crimen impunemente.

Además de ser acusado por abuso de menores y por posesión y distribución de pornografía infantil, la fiscalía también señala a Javier G. D. por haber supuestamente violado y estrangulado hasta matar a una niña en Bielorrusia junto a un cómplice, un caso del que se desconocen más detalles.

El autor de estos crímenes, que se hacía llamar Tío Luc, violó en al menos 15 ocasiones al menor, entonces de 9 años. Según informan los investigadores, entre septiembre del 2016 y agosto del 2017 viajó varias veces de España a la localidad alemana de Staufen, en el land de Baden-Württemberg, para perpetrar los hechos en apartamentos de vacaciones que alquilaba. En el 2014, este mismo hombre ya fue condenado a seis meses de prisión en España por posesión de pornografía infantil.

Pero este caso es tan solo la punta del iceberg de un suceso aterrador. «Es uno de los abusos sexuales más graves con el que nos hemos encontrado hasta ahora», explicaron fuentes policiales. Y es que esta es la octava persona que el tribunal de Friburgo está juzgando. Cuatro hombres de distintas nacionalidades ya han sido condenados con penas de entre ocho y 10 años de prisión por haber perpetrado los mismos abusos sexuales contra el menor.

Detrás de este monumental escándalo se esconden la madre del niño, de 48 años, y su pareja sentimental, de 39. Ambos fueron detenidos al descubrirse que durante más de dos años vendieron al hijo de ella a través de la llamada Deep Web, la zona de internet oculta por donde circulan aquellos que no quieren ser registrados, algo que confesaron. En su caso, se sirvieron de ese canal para ofrecer sexualmente a un niño de 7 años a los pederastas dispuestos a pagar grandes sumas de dinero para violarle.

LA MADRE COLABORABA / La madre y su pareja, a quienes se juzga conjuntamente, también participaron de los abusos al menor. Las investigaciones apuntan a que ambos humillaron, insultaron y abusaron del niño maniatándole y cubriéndole la cara con máscaras. Mientras la madre lo vendía por internet, su pareja grababa unos abusos que después distribuía por los círculos de la pornografía infantil.

La policía encontró fotografías y vídeos del menor en los que era abusado. «Este material es muy importante, especialmente en términos del análisis de los riesgos», ha explicado el experto en psiquiatría Hartmut Pleines en declaraciones al Frankfurter Allgemeine Zeitung.

El fiscal Nikola Novak quiere que se impongan las más altas penas para los perpetradores y colaboradores de esta aberración así como que se establezca la prisión preventiva. El caso se decidirá este agosto, como muy temprano. Mientras tanto el niño violado vive con una familia de acogida.