Legales, baratas, de rápido colocón y con el punto de atractivo de lo desconocido. Así son las Legal High (Subidón Legal, en inglés), una miríada de nuevas drogas elaboradas a base de compuestos químicos muy potentes que empiezan a abrirse paso entre los jóvenes europeos vendiéndose por internet y en tiendas de semillas de marihuana. Aunque su consumo sigue siendo minoritario, tanto la Unión Europea como las entidades de control y atención a drogodependientes han lanzado la voz de alarma, pues se trata de sustancias de las que ni siquiera se conocen sus efectos, pues no han sido comprobados ni en humanos ni siquiera en animales.

Desde el 2005 se han detectado cerca de 1.300 nuevas drogas, muchas de las cuales aseguran causar los mismos efectos que la cocaína, el éxtasis y la marihuana por mucho menos dinero. Actualmente, el Centro de Monitorización de las Drogas de la UE informa de que se están comercializando unas 280, que suelen fabricarse en laboratorios clandestinos de la India y de China, y que se comercializan a través de cerca de 400 páginas web, que las venden a precios que van de los 8 a los 35 euros, por debajo de las drogas clásicas.

SUBTERFUGIOS LEGALES A algunas de estas se les considera causantes de la muerte de unos 48 jóvenes en varios países de la UE entre el 2010 y el 2012. ¿Por qué son legales entonces unas drogas que pueden matar? Esencialmente, porque aparecen y desaparecen en espacios tan cortos de tiempo (semanas o meses) que no da tiempo a prohibirlas. Además, aunque obviamente han sido creadas para ser tomadas por personas, los fabricantes de esas sustancias usan en sus envoltorios el subterfugio de no incluir sus compuestos y describirlas como sales de baño, disolventes o fertilizantes, advirtiendo de que no son aptas para el consumo humano. Así, se evitan tener que someterse al control de las autoridades sanitarias.

Ante ello, la Comisión Europea trabaja para poder desarrollar un mecanismo de alerta temprana que permita que, tan pronto se detecte una de estas nuevas drogas, pueda ilegalizarse su venta en solo cuestión de semanas, además de perseguirse su distribución como un delito de narcotráfico.

EFECTOS DESCONOCIDOS "El consumo en España de este tipo de nuevas drogas ronda el 5%, dentro de la media europea; hay países como Irlanda donde su consumo llega al 16%", comenta Nuria Calzada, coordinadora de Energy Control, una entidad que se dedica a analizar las drogas y cuyo objetivo es la reducción de riesgos. "Aunque su consumo es minoritario, hay que estar atento. Al ser tan nuevas, son drogas peligrosas pues sus efectos son totalmente desconocidos".

"A nosotros aún no nos ha llegado nadie que sea adicto en exclusiva a este tipo de nuevas drogas. Pero sí nos llega gente adicta a la cocaína que reconoce que ha tomado ese tipo de nuevas sustancias", comenta Oriol Esculies, responsable de Proyecto Hombre en Cataluña. Muchos consumidores ven en estas drogas una alternativa barata. "Hay gente que las toma porque ya no puede permitirse un gramo de coca", dice Esculies.

No es ese el único cebo. "Utilizan el hecho de ser legales como señuelo. Hacen creer que si son legales no son peligrosas, lo que es totalmente falso", comenta Calzada, que asegura que su presencia se empezó a detectar en el 2010. En el 2012, en España, Energy Control analizó 291 muestras de este tipo de sustancias identificando hasta 68 drogas diferentes. "Ahora mismo, hay más drogas nuevas en el mercado que drogas que están prohibidas", alerta la coordinadora de esta entidad.

APARIENCIA SIMILAR Para reforzar la imagen de alternativas a las drogas tradicionales los que las crean están copiando el modo de consumo presentándose en polvo para esnifar o pastillas para tomar. Algunas buscan una apariencia similar a la marihuana. Los fabricantes usan unas hierbas secas inocuas y las rocían con cannabinoides sintéticos.