A medida que avanza en España el uso de las redes de internet, aumenta el consumo de medicamentos conseguidos por canales informáticos, sin receta médica ni la mediación de un farmacéutico que se responsabilice de la autenticidad del producto.

Se calcula que el 1% de todos los fármacos que se consumen en la actualidad en España han sido adquiridos directamente a través de internet. El 90% de esos envases son falsos, advirtió ayer Ramon Bonet, portavoz del Colegio de Farmaceuticos de Barcelona (CFB), que alertó del riesgo que supone tomar sustancias de las que se desconoce la composición exacta, y que son susceptibles de causar un quebranto en la salud. O de no actuar.

DISFUNCION ERECTIL Los medicamentos más solicitados en la red son los que se clasifican como sustancias del estilo de vida. "Los más buscados por internet son los productos contra la disfunción eréctil, los que tratan la obesidad y la alopecia, y los anabolizantes gluconados que favorecen el aumento de la musculatura", explicó Jordi de Dalmases, presidente del CFB.

Aunque en apariencia se trate de fármacos idénticos a los oficiales, su contenido no suele ser exactamente el mismo que el de los que se venden en la farmacia. "Pueden tener excesivo o escaso principio activo, y nunca se sabe si ejercerán o no el efecto esperado", añadió David Elvira, director general de Recursos Sanitarios de la Generalitat.

Uno de los productos más adquiridos en las últimas semanas son los antivirales que se anuncian como antídoto contra la gripe A, unos medicamentos que en España ni siquiera están a la venta en farmacia.

DESACONSEJADOS La abundante información difundida en los últimos meses sobre esos antivirales --cuyo consumo indiscriminado desaconsejan los médicos por sus notables efectos secundarios-- ha dado alas a la oferta en internet, a unos precios muy superiores a los autorizados para su comercialización. "El antiviral Tamiflú se está vendiendo en internet a 150 euros, cuando en realidad no cuesta más de 30", asegura Bonet. En otras ocasiones, el reclamo de un producto falso ofrecido en la red es su bajo precio.

La OMS persigue esta venta fraudulenta y lanza constantes advertencias sobre sus riesgos, unos mensajes que no impiden que este comercio crezca. La Generalitat cierra las páginas web que lo ofrecen, si el servidor está ubicado en Cataluña. En cambio, no puede intervenir si se encuentra en un país remoto, dice.

La única forma de acabar con esta venta fraudulenta es poniendo a los ciudadanos sobre aviso acerca de esos productos. Aunque el perfil del comprador es una incógnita, se sospecha que se trata de una persona reacia a solicitar a un médico los fármacos que ha decidido tomar para mejorar algún defecto físico o estético. En la difusión de estos medicamentos incide la abundante publicidad de los laboratorios productores. Los anuncios engañosos, a veces, utilizan la ingenuidad de las personas proclives a confiar en ellos, dicen los expertos.