La ocupación de los hoteles de Barcelona cayó siete puntos en el mes de octubre y la facturación el 13%, aunque en algunos casos llegó al 40%, debido, básicamente, a la situación política que atraviesa Cataluña, según ha explicado hoy el presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona, Jordi Clos. Las caídas son aún más acentuadas si se tiene en cuenta que las previsiones respecto del octubre del año pasado eran de crecimiento. Sumando el descenso real y el incumplimiento de la previsión, el retroceso de la facturación fue del 17%.

Aún más graves son las previsiones: las reservas cara a Fin de Año son actualmente un 40% más bajas que las que había hace un año. El sector teme que la caída de octubre solo sea el inicio de una cuesta abajo más acentuada y por ello reclama soluciones al gobierno municipal de Ada Colau.

En un encuentro con la prensa, Clos ha dicho que le han llegado a preguntar si España está en guerra civil y que algunos prescriptores ya no cuentan con Barcelona cuando se trata de organizar congresos.

Según Clos, Barcelona ha vivido unos meses "muy convulsos" empezando por la huelga de control de seguridad del aeropuerto de Barcelona, problemas de vandalismo turístico, el atentado del 17 de agosto y la situación política de Cataluña.

Para Clos, el atentado de Barcelona afectó al turismo menos de lo que esperaba, la cosa empeoró cuando se empezaron a ver las cargas policiales, que una parte de los políticos catalanes hablan desde Bruselas, otros están en el cárcel y el problema es que desde los medios extranjeros "se exagera muchísimo" y se está hablando mucho del tema de manera "muy repetitiva".

El Gremio de Hoteles pretende que la gente de fuera vea que en Barcelona "no hay ninguna epidemia", sino que tenemos un proceso político y social complicado, para lo que ha pedido a las administraciones que doblen la inversión que dedican a promoción turística, a la vez que ha firmado un acuerdo con otros operadores turísticos para mostrar la ciudad a organizadores de congresos.