Centenares de niños y bebés han sido infectados con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en una pequeña localidad de Pakistán, en la provincia meridional de Sindh. El pasado 25 de abril saltaron todas las alarmas sobre un brote de VIH cuando, tras analizar a 15.200 personas residentes en el pobre vecindario de Larkana, se detectaron cerca de 500 afectados por el virus, entre ellos 434 niños de entre 2 meses y 8 años.

El primer aviso llegó después de que un pediatra de la localidad, el doctor Muzaffar Ghangharo, fuera denunciado por negligencia médica por usar en numerosas ocasiones una jeringa infectada. La policía paquistaní arrestó al médico el pasado 27 de abril. El doctor niega ser el responsable del brote, aunque se ha descubierto que también está infectado por el VIH, y lo están investigando para aclarar lo sucedido. «El pediatra dijo que no sabía que era seropositivo -algo que se le detectó después de ser arrestado- y que es impensable para un médico reutilizar una jeringuilla», según ha explicado el oficial de policía de la localidad, Waseem Somro.

Equipos de la Organización Mundial de la Salud y de un hospital de la capital regional, Karachi, se han desplazado hasta el pueblo para conocer las causas de la infección, «pero hay un 60% de posibilidades de que se propagara debido a la reutilización de una jeringuilla», según el jefe provincial de control del VIH, Sikandar Memon.

Fatima Emaan, una niña de 16 meses, fue la primera paciente infectada. «Su caso es solo la punta del iceberg», ha dicho el doctor local Imran Akbar a The Guardian. «Maldigo al médico que causó la infección de todos estos niños», ha expresado la madre de la pequeña, Nisar Ahmed. Los padres también culpan al deficiente sistema de salud del país: «Las condiciones sanitarias aquí son patéticas».

No hay un solo culpable

Fehmida Khan, asesora de apoyo a la comunidad del programa de Onusida para Pakistán y Afganistán, ha explicado que «debido a los cientos de diagnósticos desde abril, es imposible culpar a un solo individuo, sino que también pueden estar implicados otros doctores y curanderos». Según datos gubernamentales, «unos 600.000 falsos médicos están activos y se estima que 270.000 ejercen en la provincia de Sindh», ha añadido Khan.

Durante la investigación también se ha descubierto a «personas que reenvasaban jeringas usadas y las vendían a médicos», según Minhaj Kidwai, director de la Comisión de Atención Médica de Sindh, que cree que el brote es el resultado de «jeringas contaminadas que se reutilizaban para inyecciones en niños y transfusiones de sangre no examinadas».