Lleva más de media vida viviendo en Pamplona, más de media vida lejos físicamente de su tierra, de Almaraz --donde nació y donde estudió--, pero su carácter delata su procedencia. "Por ese carácter extrovertido y abierto que tenemos los extremeños, ese espíritu conquistador de la vida, del día a día... Por eso estoy al pie del cañón pero desde la retaguardia". De este modo explica Demetrio Fernández Paz la relación con la empresa en la que dejó de trabajar hace cinco meses, CNTA-Laboratorio del Ebro, un centro tecnológico dedicado a la alimentación, y en la que desarrolló una labor --"como padre y como madre", según dice-- que le ha valido la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, que hoy le entrega el ministro.

--¿Qué sintió cuando recibió la noticia?

--Ya fue una alegría tremenda que me propusieran, pero fue mayúscula cuando me dijeron que me la habían concedido. Puede imaginar lo que se siente cuando al final de una vida laboral te encuentras con ese reconocimiento que hace felices al que lo recibe, a toda su familia y a todos los que han trabajado con él.

--Muchos años de trabajo...

-Yo es que soy un personaje raro. Yo no soy técnico, hice Humanidades y Filosofía, y he estado al frente de un centro de investigación donde todos son técnicos especializados. ¡Qué haya al frente una persona que ha hecho Filosofía es una ironía de la vida! Yo he sido un gestor. Y ahora sigo de alguna manera enganchado o unido por un cordón umbilical al centro que de alguna manera creé yo. Ahora estoy viviendo la etapa más interesante de mi vida. Alguna vez me tendré que morir, pero estoy lleno de vida e ilusiones. Me produce mucha satisfacción estar con mi familia --tengo siete hijos y diez nietos-- y seguir tirando del carro.

--Decía Machado que su infancia eran recuerdos de un patio de Sevilla, ¿qué recuerdos tiene de la suya?

--Yo nací en Almaraz en plena guerra civil. Fui a la escuela de mi pueblo y a los 10 años le dije a mi padre que ya no quería ir más a la escuela porque sabía más que el maestro. Entonces estuve trabajando en el campo: guardando guarros, cabras, trillando, arando... y cuando tenía 12 años le dije a mi padre que yo no quería más campo y quería estudiar.

--¿Sigue viajando a Extremadura?, ¿tiene familia aquí?

--Tengo allí mi única hermana en Almaraz. A mis hijos lo que más les gusta es Extremadura. Durante mucho tiempo hemos ido casi todos los años. Yo particularmente tengo en la cabeza un viaje por Extremadura porque necesito respirar su aire de y porque necesito llenarme de vida, luminosidad y optimismo. Y de carácter. Mi mujer me dice que si no voy a mi pueblo me va a entrar sarampión.