Las colecciones que presentaron ayer Valentino y Emanuel Ungaro en los desfiles de alta costura de París evidenciaron aún más la disparidad de criterios entre las firmas de moda que acuden a la pasarela francesa para presentar sus prendas artesanas y las que ven en la cita un circo que premia la estridencia con fotografías y portadas.

Ungaro hizo un llamativo retorno a los orígenes de la alta costura. El diseñador sólo invitó a sus clientas y a periodistas, que pudieron ver desfilar a Karolina Kurkova (en la foto).

La misma búsqueda del origen inspiró a Valentino, que presentó sus vestidos en la escuela nacional de Bellas Artes.

Los pases de estos dos creadores no tuvieron nada que ver con el ruidoso show de Donatella Versace, el martes, con Christina Aguilera. Más selecto estuvo Julien Macdonald, el diseñador de Givenchy, aunque también recurrió a una famosa --Liv Tyler--, para captar los objetivos.