Estos placentinos son amigos desde que su época de colegio, han crecido juntos y se conocen lo suficiente como para saber como piensa el otro. Este factor es favorable a la hora de dirigir un cortometraje juntos, y ya llevan cuatro. Israel Agustín es profesor de música, y Rubén David Gil es informático, pero a ambos siempre les ha movido la pasión por el cine, y ya no solo de consumirlo, si no de crearlo.

Su última obra, Más allá del bien y del mal está siendo todo un éxito internacional en distintos certámenes de cortometrajes. Ha llegado a ser una de las cuatro finalistas en el Festival Cinematográfico de la ciudad de Palena, en Italia. También cosecha victorias en la propia tierra, el certamen 'El Pecado', que está organizado por el ayuntamiento de la localidad pacense de Llerera y la Asociación Cultural Morrimer, en este festival, su obra ha quedado dentro de los cuatro mejores cortos extremeños.

Pero su trabajo no sería posible sin el apoyo que reciben de la Asociación 24 Fotogramas, organización placentina que les ha producido y ayudado con sus obras. Y no solo la de ellos dos, si no que todo aquel con una buena idea, un buen guión y un proyecto factible tiene la oportunidad de que esta asociación de cinéfilos les ayude. Y no solo económicamente, si no entre todos cooperan en cada proyecto, formando así una gran familia. Esta asociación proyectará varias de las obras que han producido el próximo día 30 de agosto en el recinto municipal de La Isla en Plasencia a las 22.00 horas.

Otras obras de estos amigos placentinos es El refugio o Boquique. La leyenda . La primera es una cinta de intriga; por otro lado la segunda es una obra de tinte histórico a contar la vida de un prófugo carlista placentino del siglo XIX, en la que cuentan con un despliegue increible de vestuario, caballos y efectos.

Para su última obra contaron con la presencia del actor Emmanuel Cea, un extremeño asiduo de los teatros madrileños. Tardaron en rodarlo un par de semanas y casi todo el film sucede dentro de un piso, pero para una de las pocas escenas exteriores que tiene grabaron en la plaza de la Catedral, con el edificio histórico de fondo. Y esto es más ya una costumbre que una casualidad, en todas sus obras han querido mostrar parte del patrimonio histórico de Plasencia.

Después de los rodajes que realizan en el tiempo que sacan libre de su trabajos, toca la tarea dura, por su parte, Ruben se encarga del montaje del corto, una trabajo arduo y costoso, que en el caso de Más allá del bien y del mal le llevó cuatro meses de curro. Por su parte a Israel, profesor de música, es quien se encarga de ponerles el sonido y la música a cada obra. En ocasiones, ésto le ha llevado a tener que grabarse mientras caminaba por su casa o el sonido del vino cayendo dentro de la copa.