Eran tiempos inciertos y Badajoz y Elvas estaban inmersas en los inicios de la Guerra de la Independencia, una contienda en la que los franceses se creían victoriosos. En una quinta de Arronches vivía Francisco Xavier do Rego, un magistrado portugués que quería ganarse el corazón de María Luisa de Valleré, quien desde Lisboa recibía sus cartas.

En estas epístolas, el enamorado no solo dejó asomar sus sentimientos sino que quiso hacer partícipe a su destinataria de los acontecimientos históricos que estaba viviendo en primera persona. Entre el 9 de enero y el 17 de junio del 1811, hace dos siglos por tanto, envió 62 cartas, tres por semana, que ahora han salido a la luz, gracias a la labor investigadora de Luis Alfonso Limpo Píriz, que las ha publicado en el libro Badajoz y Elvas en 1811. Crónicas de una guerra , editado por el ayuntamiento pacense y prologado por el cronista de Badajoz, Alberto González.

Los escritos se encontraban en la Biblioteca Nacional de Lisboa y en principio eran "cartas de amores, pero la guerra se metió por medio", manifestó ayer la concejala de Cultura, Consuelo Rodríguez Píriz. Fue la propia María Luisa de Valleré quien se las entregó al primer director de esta institución, al que conocía personalmente y por eso se conservan. Luis Alfonso Limpo (Olivenza, 1958) se ha encargado de traducir las cartas (están en castellano y en portugués) y las acompaña en este libro con un estudio que contextualiza estos escritos. Limpo descubrió estas epístolas en el transcurso de una investigación sobre Olivenza en la Guerra de la Independencia en unos catálogos de 1924 y 1944 con bibliografía. Consiguió un microfilm y "me abalancé" sobre el material que se leyó en un día. Ayer reconoció que al principio se decepcionó porque esperaba encontrar una correspondencia "amorosa", pero luego se vio compensado por la gran riqueza de datos, hechos y acontecimientos sobre Badajoz y Elvas.

El investigador destacó la importancia de estos escritos porque es una fuente "no oficial" y representan el punto de vista de "un periodista", un hombre que tenía su propia opinión y era libre de fidelidades a uno y otro ejército. Antes de cada carta, Francisco Xavier Do Rego se informaba, buscaba sus fuentes (habló, por ejemplo, con la mujer del general Menacho que estaba refugiada en Elvas y con las de otros militares). "No me fío de los rumores del vulgo", llegó a escribir. En junio la correspondencia terminó, porque debió marcharse huyendo del conflicto.

"La pena", dicen, es que solo hayan aparecido las cartas dirigidas a doña María Luisa y no con las que ella respondió. Limpo sin embargo, tiene la esperanza de que una vez que este libro se dé a conocer, puede que salgan a la luz las cartas de quien siguió muy de cerca desde tan lejos los avatares bélicos de la frontera hace ahora doscientos años.