Qué sola está Ana. Su triunfo en televisión y tener la compañía de su hijo, Alex, no parecen aliviarle el sopor estival. Ana Obregón ya está en Mallorca, pero la isla no se ha dado por enterada. El verano pasado, llegó guerrera y dictó sentencia. "No voy a posar, porque la prensa no me respeta", dijo. Este año, sin embargo, Ana ha llegado conciliadora y, aunque sigue sin posar, no hay día en el que no se pasee por una playa cercana a su mansión mallorquina, dejando que fotógrafos, profesionales y aficionados plasmen su colección de atuendos playeros y su sesión de ejercicios de rehabilitación. Al parecer, le duelen las cervicales. Será por los tacones.

La actriz se refresca de los sofocos y los calores mallorquines en la playa, donde los habituales de la zona le llevan contabilizados varios estrenos en materia de biquinis y complementos.

Tanto despliegue de estilismo le impide pasar desapercibida. Sobre todo porque, además de bañarse, Ana va a la playa para cumplir con las indicaciones de su fisioterapeuta, que le ha recomendado reposo y natación para aliviar la lesión de cervicales que se hizo trabajando.

TABLA DE EJERCICIOS

Su cuidador físico le ha preparado también una tabla de ejercicios que Ana realiza a pie de agua moviendo el cuello a derecha e izquierda como si siguiese un partido de Carlos Moyá, el último presunto de su larga lista de conquistas ocasionales. Con una raqueta imaginaria, Ana lanza suaves reveses que, al parecer, le hacen mantener engrasado el hombro.

La actriz ya no se esconde en su lujosa mansión de la Costa de Los Pinos, huyendo de los fotógrafos. Estos días es habitual verla, al caer la tarde, en la playa de Sa Coma (en la foto), donde de día se cuecen cientos de alemanes y algún que otro español que, al reconocerla, manda a sus hijos a hacerse un retrato con Ana, la de los siete.

Los éxitos de Ana Obregón en la tele y en la playa no pueden esconder su fracaso en el amor. Ahí le duele a la diva, a quien desde su idilio fallido con Micki Molina no se le conoce acompañante. Al paso que va, su alto promedio de conquistas va a rebajarse considerablemente.

Pero no todo es sopor en Mallorca. Unos kilómetros al norte de la playa en la que Ana se rehabilita en soledad, otra famosa televisiva se dedica a otro tipo de ejercicios. Terelu Campos pasea por la playa de Muro, en Alcúdia, en compañía de José Manuel Estrada. La combinación de agua y novio suele dar como resultado abrazos y achuchones acuáticos de todo tipo. Y la pareja, como tantas otras en idéntica situación, no escatima pruebas de afecto.