Un septuagenario ha disparado este lunes contra su esposa, su suegra y su cuñado, todos ancianos, enfermos y postrados en la cama, y se ha suicidado, en un suceso que el procurador de Tarascon, Patrick Desjardins, ha definido como "un drama familiar".

Los hechos han sucedido en la pequeña población de Maussane-les-Alpilles, en el departamento de Provenza-Alpes-Costa Azul. El autor de los disparos, de 78 años, se ha dirigido primero a casa de su suegra y allí ha disparado un tiro con un fusil primero contra la mujer, de 95 años, y su hijo, de 69 años, que había quedado postrado por un accidente. Los dos estaban enfermos desde hacía tiempo y no se movían de la cama.

De allí, ha vuelto a su casa, en la población vecina de Mouriès, y ha disparado contra su esposa, de 72 años, también enferma. La mujer ha sido hallada muerta en una cama medicalizada. A continuación, el agresor se ha disparado dos veces en el vientre y ha quedado herido muy grave.

La alerta la ha dado un vecino que ha oído los disparos y ha reconocido al hombre y a su mujer. El herido fue trasladado en helicóptero al hospital de Marsella pero murió poco después.

Según uno de los vecinos, el suicida "hacía años que se ocupaba de su esposa enferma y de sus parientes. Les daba de comer, los lavaba, les limpiaba la casa. Ya no podía más".

El homicida "era una persona muy estimada en el pueblo", según otro vecino, que se reconocía muy "afectado por lo ocurrido". "En el pueblo estamos todos devastados", dijo la alcaldesa de Mouriès, Alice Roggiero, que ha descrito al agresor como "un señor más bien reservado, muy cercano a su familia, a su esposa y a sus nietos". "Se ocupaba mucho de su esposa, de su suegra, de su cuñado. Ha sido muy pesado para él después de tantos años, y creo que ya no podía más".

Para el procurador, hay que tener en cuenta "el contexto frágil de una familia tocada por la enfermedad, y en la que un hombre toma la decisión de tomar las armas".