El escritor Andrés Trapiello niega que su novela Los amigos del crimen perfecto , que el lunes ganó el Premio Nadal, sea una novela negra y que signifique un cambio de registro en su producción literaria. "La forma de la novela negra no es más que un armazón para meter sentimientos. Pero quien ha escrito esta obra es el mismo autor de otras cuatro novelas, de los 11 tomos del diario y de cientos de poemas. No hay cambio de registro ni de voz", aseguró. Y añadió: "Desgraciadamente, voy a seguir siendo el mismo escritor".

El mecanismo de la novela negra gira en torno a un muerto y a la búsqueda del asesino. Trapiello, sin embargo, asegura que en su obra lo importante no es el difunto ni el criminal, sino las causas que conducen al asesinato y las circunstancias que lo rodean.

Al autor no le interesa la arquitectura de la novela negra y por eso, a despecho de rendir homenaje a los clásicos del género, introduce en su obra algunas críticas a esos mismos clásicos, incluido el intocable Raymond Chandler, padre del famoso detective Philip Marlowe.

DEL HUMOR A LA TRAGEDIA

La trama, que empieza en clave de humor y se va tiñendo de tragedia, está presidida por la presencia de la venganza. El autor plantea el inquietante desgarro entre el hambre de justicia y la sed de venganza.

Trapiello se pregunta si es lícito que alguien se tome la justicia por su mano y él mismo se responde diciendo, con Sócrates, que "es preferible ser víctima a ser verdugo", padecer la injusticia a cometerla. Es decir que es mejor "renunciar a la venganza aunque te quedes sin justicia".

Pero en la novela se acaba produciendo "una cierta justicia poética".

En la trama de la novela premiada aparece un crimen cuya perfección estriba en que seguramente quedará impune. "Los crímenes de este tipo no existen y siempre se acaba produciendo algún tipo de reparación", tercia el autor.

Lo inquietante para el escritor leonés, que en 1992 ganó el premio internacional de novela Plaza & Janés, es que el vengador es alguien que cree estar asistido de mucha más razón de la que en realidad tiene.

"Está convencido de que va a ser un justiciero y considera que la justicia no ha comparecido, cuando, en realidad, sí lo ha hecho", sólo que no ha sido del agrado de ese vengador. "Y ojo con eso", advierte con seriedad, "porque a veces el vengador ve fallos en la justicia donde no los hay".