El domingo hará un año que Letizia se convirtió en princesa y que, por culpa del aguacero, no pudo recorrer los 270 metros de la alfombra roja que separaban el Palacio Real de la Almudena. Trescientos sesenta y cinco días más tarde, el paisaje ha cambiado tanto que la Princesa está embarazada y, por prescripción médica, no podrá acompañar hoy a su esposo, Felipe, en su visita relámpago a la Universidad de Georgetown (Washington), donde mañana impartirá una conferencia. Será un viaje de vuelta y vuelta. Dicha la última palabra, el heredero regresará a Madrid para estar el domingo con su esposa y celebrar el primer aniversario de boda "en familia y en la intimidad".

Así lo comunicó ayer un portavoz de la Casa Real, que excusó la baja de Letizia en las náuseas que la Princesa está sufriendo en estos primeros tres meses de gestación. Letizia, que encaró el embarazo con la voluntad de seguir al dictado una agenda que ayer le reservó citas con la Asociación Española de Editoriales de Publicaciones Periódicas y con las Juventudes Socialistas, ya dijo que seguiría a pies juntillas los consejos del médico. "Lo que diga va a misa", aseguró, expresiva.

El próximo viaje que queda en el aire es el de Japón, donde Felipe y Letizia --en caso de recibir el médico-- acudirán en junio para visitar la Exposición Universal de Aichi.

IDILIO EN EL PARQUE Julio José, el retoño más parecido a mamá Isabel Preysler que a papá Julio Iglesias, como reconoció abiertamente ayer él mismo, no presentará a su novia Cherise al abuelo Iglesias. "Ni se la quiero presentar", dijo, y dejó en el aire la fama de donjuán de su abuelo. El cantante y su novia apadrinaron ayer Hurakan Condor, nueva atracción del parque temático Port Aventura (Tarragona). Cherise ya conoce a todo el clan Iglesias, pese a que sólo llevan "ocho meses y no hay planes de boda", explicó el joven, que trabaja en su nuevo disco.

ESCENARIO DECISIVO En plena conmoción por la noticia de que padece cáncer de pecho, la cantante australiana Kylie Minogue está siendo sometida a tratamiento y a análisis en el Cabrini, un hospital de Melburne y, según su representante, Terry Blamey, está a punto de entrar en quirófano, con seguridad este fin de semana. Junto a la estrella, que la semana que viene cumplirá 37 años, se encuentran sus padres, Carol y Ron, su hermano Brendan y su novio, el actor francés Oliver Martínez.

Blamey comentó que los exámenes realizados muestran "que el cáncer está localizado sólo en el pecho" y no se ha extendido, según los médicos. "La ausencia de propagación significa que las posibilidades de vencer a la enfermedad son superiores", ha explicado Helen Zorbas, directora del Centro Nacional del Cáncer de Pecho.