Que allí sea verano no basta para minimizar la temperatura que alcanzó la Antártida el jueves pasado. En concreto, la base argentina de Esperanza, en pleno territorio continental del gigante helado y no en una de sus islas más septentrionales, llegó a los 18,3 grados centígrados, una marca nunca vista desde que se tienen registros en aquellos territorios (se empezó a contabilizar en 1961).

El récord anterior ya lo ostentaba la misma base Esperanza, que se encaramó el 24 de marzo del 2015 a los 17,5 grados, cifra que fue avalada posteriormente por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y que ha llevado a la comunidad científica a sacar unas conclusiones nada halagüeñas: la culpa de este calentamiento de la zona más meridional de la Tierra la tiene el cambio climático, por supuesto, pero lo que añade mayor preocupación es la velocidad con la que está subiendo la temperatura en aquellos parajes.

La península antártica es uno de los lugares de calentamiento más rápido en la Tierra, con un aumento de casi tres grados en los últimos 50 años, según la OMM. Casi todos los glaciares de la región se están derritiendo.

EN UNA ISLA, MÁS / Con una extensión de 14 millones de kilómetros cuadrados (aproximadamente el doble del tamaño de Australia), la Antártida es fría, ventosa y seca. La temperatura media anual varía de aproximadamente -10 grados en la costa antártica a -60 grados en las partes más altas del interior.

Su inmensa capa de hielo tiene un espesor de hasta 4,8 kilómetros y contiene el 90% del agua dulce del mundo, suficiente para elevar el nivel del mar en unos 60 metros si todo se derritiera. Por ahora, el récord para la región antártica, es decir, en todas partes al sur de los 60 grados de latitud, es de 19,8 grados, tomada en la isla Signy en enero de 1982.

Sin embargo, en la Antártida continental nunca se había llegado a los 18,3 de la base Esperanza, marca que la OMM aún debe validar oficialmente y que, según el mismo organismo, podría estar relacionada a corto plazo con lo que se denomina «foehn», que consiste en un viento tibio que baja de una ladera.

Todo sea dicho, lo de la Antártida no es una excepción. El mes pasado, la temperatura global fue más cálida que cualquier enero anterior, siendo tres centésimas de grado más cálido. Para Europa, fue claramente el enero más cálido, unos 0,2 grados más que el enero más cálido anterior, en el 2007, y 3,1 grados más que el promedio de enero en el periodo 1981-2010, según el Copernicus Climate Change Service.

Especialmente altas fueron las temperaturas en partes del noreste de Europa: en algunas áreas más de seis grados por encima del promedio.

Las temperaturas en enero de este año fueron superiores a las del promedio en la mayor parte de Europa. Fueron excepcionalmente altas para la época del año en el norte y el este, en una banda que se extendía hacia el este y el sudeste desde Noruega hasta Rusia.

Las temperaturas excepcionales superiores a la media no se limitaron a Europa, sino que se extendieron a casi toda Rusia. Las temperaturas también fueron muy superiores a la media en la mayoría de los EEUU y el este de Canadá, en Japón y partes del este de China y el sudeste asiático, en el estado de Nueva Gales del Sur en Australia y en partes de la Antártida.