La hernia inguino-crural, causada por un debilitamiento de la pared abdominal cerca de la ingle, es una de las hernias más frecuentes, especialmente en el caso de mujeres. Ahora se opera con un protocolo estándar, pero hasta el siglo XVIII causaba severísimos problemas debido a las particularidades anatómicas de la zona. Antoni (o Antonio) Gimbernat, un médico de intereses muy variados, un enciclopedista ilustrado, fue el responsable de desarrollar la técnica quirúrgica que lo hizo posible. Cambrils, la localidad que lo vio nacer, celebra ahora el bicentenario de su nacimiento con diversos actos que rescatan del ostracismo a tan ilustre figura.

“En el siglo XVII, antes de la invención de la máquina de vapor, muchas tareas que ahora se realizan mecánicamente se ejecutaban a base de fuerza muscular y por eso las hernias eran tan habituales”, explica Pedro Mestres, profesor emérito de la Universidad del Sarre (Alemania), especialista en anatomía y coorganizador de unas jornadas celebradas el pasado sábado en Cambrils sobre Gimbernat. “Por eso su procedimiento fue tan importante -prosigue-. Hoy en día aún se operan de una manera similar”. Una de las claves fue la descripción precisa del ligamento que hoy lleva su nombre, también llamado 'Ligamentum lacunare'.

DE CAMBRILS A CÁDIZ

Antoni Gimbernat nació en Cambrils en 1734 en el seno de una familia de agricultores. “Muy pronto despuntó en la escuela y, entre otros, el cura del pueblo hizo presión cerca de la familia para que le posibilitasen el acceso a una educación superior”, explica Mestres. A los 12 años pasó al colegio de los Hermanos Franciscanos de la vecina Riudoms, donde se preparó para ir a la Universidad de Cervera, la única que había en Catalunya por aquellos tiempos. En 1754 obtuvo el título de Bachiller en Artes en la universidad y dos años después marchó a Cádiz para estudiar en el Colegio de Cirugía, centro adscrito a la Armada española que había creado seis años antes el prestigioso médico Pere Virgili.

“Los años en Cádiz fueron muy exitosos. Desde un principio demostró una gran interés por la anatomía, disciplina que entendió como básica para poder ejercer una buena cirugía. Este modo de pensar era entonces muy moderno”, relata Mestres.

La brillante carrera de Gimbernat en Cádiz hizo que se le ofreciera ir a Barcelona, donde fue profesor de Anatomía y cirujano del Hospital de la Santa Creu. “Los años en Barcelona fueron años de gran actividad científica”, comenta el especialista. Precisamente en esta época es cuando Gimbertnat llevó a cabo el estudio de la anatomía de la ingle que desembocaría en la nueva técnica para las hernias. “Con ello evitaba los graves problemas de sangrado. Era un método mucho más seguro”, sintetiza Miquel Bruguera, expresidente del Col.legi de Metges de Barcelona y coordinador de su Galería de Médicos Catalanes.

DESARROLLO DE LA TÉCNICA

Gimbernat ensayó con éxito la técnica en Barcelona, aunque pasarían todavía 20 años hasta que alcanzara reconocimiento. También desarrolló gran actividad en otras áreas como la urología, la oftalmología o la traumatología. "Muy destacable es el hecho de que él mismo crease nuevos instrumentos para llevar a cabo sus intervenciones quirúrgicas", añade Mestres.

El médico disfrutaba de gran prestigio dentro y fuera de Catalunya, motivo por el cual el rey Carlos III le encomendó realizar un viaje por Europa con el objetivo de estudiar el progreso quirúrgico y médico en países como Francia, Inglaterra, Escocia y Holanda. Cuatro años después regresó a España y se instaló en Madrid, donde crearía elReal Colegio de Cirugía de San Carlos. "El año 1788 fue particularmente importante en su carrera académica, pues por primera vez dio una conferencia sobre su método de operar hernias", prosigue Mestres. En 1789, el recién coronado Carlos IV lo nombró su médico-cirujano personal.

El trabajo sobre la técnica para operar las hernias fue publicado en Madrid 1793 y la traducción inglesa del mismo apareció dos años más tarde, en 1795. Poco después llegarían las ediciones en alemán y francés. Como destacaban los manuales del siglo XIX, a él le debemos "la primera descripción exacta de la arcada crural, singularmente del fuerte doblez.

"Después que el pilar inferior se separa del superior para formar el anillo inguinario -describía en el manual-, va a fijarse en un tubérculo del pubis, que han llamado espina, la cual da principio a la cresta del ramo superior de este hueso, y es la continuación de la línea ileopectínea; pero este pilar no solo se ata a la espina por un conjunto considerable de fibras aponeuróticas, sino que, siendo aquí mucho mayor el doblez del arco, se continúa hacia adentro, atándose a la cresta del pubis, mediante un notable pliegue que se forma de la porción de aponeurosis que le corresponde (...)"

MUERTO EN LA MISERIA

Durante la invasión napoleónica, las tropas francesas lo nombraron presidente de la Comisión de Sanidad, desde donde impulsaría la modernización de la profesión médica en España. Entre otros aspectos, Gimbernat fue el responsable de que se unificaran los estudios de medicina, farmacia y cirugía y se creara la actual denominación de “licenciado en Medicina y Cirugía”. Sin embargo, una vez expulsados los ocupantes, el rey Fernando VII interpretó su actividad reciente como un signo de antipatriotismo y lo destituyó de todos sus cargos. Gimbernat cayó en desgracia y perdió la pensión. Sufrió un deterioro mental importante, perdió la vista y, finalmente,falleció el día 16 de noviembre de 1816 en Madrid.