TDtos días después de la comparecencia de Rajoy , el gobierno no ha tenido ningún problema en aprobar una nueva subida de la luz que según el ministro del ramo será de un 3,2% de media; curiosa forma de presentar una subida, que a mí me recuerda, lo de que metiendo la cabeza en el congelador y los pies en el horno, la media corporal sería de 50º. Esta valoración de Industria difiere notablemente de la que hace la Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, que considera que con la actual reforma de la factura eléctrica se podrían dar carta verde a subidas de hasta el 50%.

Ante esto, la única solución es evidentemente reducir el consumo, algo que se recoge en la regla que denominamos de las tres R o también como: "R que R", y que se traduce en el eslogan de reduce, recicla y recupera, pero ojo, según la propia OCU será en los casos en los que el consumo doméstico sea menor en los que el pago pueda llegar al 50%, cargando sobre los más desfavorecidos o en quienes manifiesten una mayor concienciación ecológica esta nueva reforma energética. Vamos, que de incentivar el ahorro, nada de nada.

La propia OCU advierte que el término fijo, lo que se paga por cada kW de potencia contratado, subirá hasta un 77%, en cambio, el precio del kWh bajará, esto implica que el importe fijo pesará más, perdiendo importancia el termino variable como es la luz consumida, es decir, que con esta medida se desincentivará el ahorro y el desarrollo de autoconsumo. Resumiendo podemos decir que se toma una medida que beneficia a quienes más luz gastan, y perjudica a quienes consuman poco, al mismo tiempo que desmotiva y desanima a quienes tienen una mayor conciencia ambiental; y para más inri la medida la toman cuando según el Gobierno las cosas empiezan a ir mejor, ¿para qué entonces la medida?

XPARECE QUEx pasados los sofocos estivales, no del verano sino del 'caso Barcenas ', el ministro se ha tomado en serio el asunto y adopta una nueva medida que hay que añadir a la subida que ya entró en vigor el 1 de julio y que supuso que los consumidores paguemos un 3,95% más desde entonces, sin que debamos olvidar que ya en abril se aprobó otro incremento del 7%. Ahora los sofocos serán una vez más para los ciudadanos, que se tendrán que pensar mucho en cómo hacer frente a la factura de septiembre.

Ante esto, yo como ciudadano estoy dispuesto a pagar el porcentaje que me corresponda, estoy dispuesto a seguir trabajando en la Universidad sin aire acondicionado para que mi facultad pueda ahorrar algo en la partida de luz y electricidad, algo que ha hecho que el próximo curso hayamos acordado diseñar un plan de optimización y eficiencia energética para no gastarnos el exiguo presupuesto del centro en calefacción y refrigeración; pero lo que no estoy dispuesto es a seguir pagando la terquedad, tozudez e incompetencia de quienes siguen manteniendo iluminadas zonas de nuestra ciudad en las que no vive nadie, ni existen ninguna casa construida, como la Vega del Mocho, y que contaminan injustificadamente nuestro entorno, especialmente en una zona sensible como la Ribera del Marco. Imagino que lo hacen para que también podamos disfrutar a las tres de la mañana de los plásticos y basura acumulada en la urbanización fantasma.

¿Hasta cuándo la alcaldesa no se va a enterar de que lo que los ciudadanos denunciamos solo pretende mejorar las condiciones de vida y la situación social de nuestra ciudad?, ¿qué necesita para darse cuenta que los ciudadanos generalmente estamos verdaderamente preocupados y dispuestos a aportar nuestro granito de arena, aunque sea denunciando, como hacen los medios públicos, aquello que daña al bien común y va en perjuicio de todos?. ¿Por qué no nos escucha, si lo que proponemos son cosas que salvo ella todos los demás pensamos? ¿Tan difícil sería apagar, al menos, la mitad de farolas?

Hay veces que ya no sabe uno qué hacer ante tanta falta de sentido común, y se siente como el célebre payaso Bobby Clark que solía quejarse y decía:"Cuento los mejores chistes que sé, del mejor modo que sé y... ¿qué hace la gente? ¡Se ríe!".